Rubén
Rojas Breu
“Focus
groups” y encuestas:
abrevaderos
de la manipulación
Justificación
Una suerte de imperativo me impulsa a
expedirme sobre estos temas, ya que es de conocimiento muy público que
gobernantes, dirigentes políticos y sectoriales, factores de poder y diversos actores están pendientes de lo que surge de la
aplicación de tales técnicas para tomar decisiones.
Ese "estar pendientes" deriva en una dependencia que hasta lleva a suponer que nos encontramos ante una adicción, una adicción a las encuestas (encuestismo) y también a los denominados "focus groups", expresión traducida al español como "grupos focales".
Ese imperativo se refuerza en el presente a propósito de los resultados electorales de Brasil, en la jornada del domingo 2 de octubre de 2022.
Concretamente la justificación para escribir este artículo es la de que las llamadas "encuestas de opinión pública" y los emergentes o falaces análisis que se difunden basados en "focus groups" yerran una y otra vez no solamente en la Argentina sino en todo el planeta.
Los avales con que cuento para desarrollar esta temática con sobrada autoridad son:
- que se trata de cuestiones que encajan de lleno con mi especialidad como investigador de los comportamientos sociales, de los comportamientos políticos y de los comportamientos de la interacción entre las organizaciones, la sociedad y lxs ciudadanxs.
- que a lo largo de más de 40 años de trayectoria he sumado experiencia en las técnicas de indagación y de exploración de las organizaciones y los públicos e, incluso, he creado técnicas para tales fines.
- que he desarrollado profusa teoría sobre estas cuestiones, sobre todo en el marco de mi producción más ambiciosa, el Método Vincular, el cual tiene justamente por objeto la interacción entre las organizaciones o entre éstas y sus públicos.
Sobre el fracaso de las encuestas en Brasil y sus consecuencias
En este punto voy a acotarme a lo sucedido con las encuestas en Brasil, dejando para capítulos subsiguientes la evaluación de tal técnica así como la de los "focus groups".
Por supuesto que el porqué del fracaso de las encuestas en Brasil se sustenta en las limitaciones, insuficiencias o carencia de basamento epistemológico de las encuestas (y también de los "focus groups") pero en este capítulo voy a referirme estrictamente a lo que aconteció en Brasil.
Aún cuando los pronósticos acertaron en anticipar el triunfo del candidato Luiz Inácio Lula Da Silva o Lula, se equivocaron groseramente respecto de cuál habría de ser el desempeño del presidente Jair Bolsonaro.
Así, la relativamente baja diferencia entre lo obtenido por Lula y lo conseguido por Bolsonaro pasa a ser el dato destacado, el dato que altera por completo el escenario político vaticinado. Esa diferencia, precaria para las ambiciones o metas de Lula y sus partidarios, termina siendo de mayor relevancia que la victoria.
Es fácil deducir que pasar de un vaticinio de triunfo aplastante a una concreción de una ventaja depreciada modifica de raíz el cuadro de situación: el ganador queda debilitado a la manera de Pirro y el perdedor se agranda como contendiente capaz de dar batalla y, además, obteniendo predominio en Parlamento, en gobernaciones y en la consideración de los factores de poder y de la población en general, consideración que crece más allá de las fronteras.
Sin duda, haber anticipado una victoria estruendosa de Lula operó en contra de la candidatura de éste y de su futuro ya que:
- lo ya dicho acerca de que el escenario pronosticado es sustituido por uno desfavorable, incierto o de debilidad para Lula,
- al haberse difundido tan pertinazmente que este último arrollaría impulsó a un alto porcentaje de electores a votar a Bolsonaro en la medida que éste terminó siendo la única valla para frenar las aspiraciones de Lula y de sus seguidores quienes evidentemente son temidos por gran parte de la población. Esa gran parte de la población decidió, entonces, manifestarse contra Lula a través del voto. De tal manera, la difusión de las encuestas que anticipaban un resultado aplastante derivaron el voto por la negativa, en la decisión de una multitud de electoras y de electores de sufragar en contra de Lula más que a favor de Bolsonaro.
Lo antedicho es consecuencia de algo intrínseco a las encuestas y los "focus groups": que son instrumentos de manipulación divorciados de la Política. Más adelante fundamentaré esta aseveración.
En apariencia podría decirse que el anticipar una victoria contundente de Lula que no se dio es manipulación a favor de éste y que, por lo tanto, la manipulación no funcionó. No. La manipulación es inherente a estas técnicas tan en boga como erráticas: tal manipulación se dio, aunque no fuese intencional, ya que la propagación de los pronósticos impulsó a electoras y electores a su manifestación de rechazo por el candidato que precozmente había sido subido al carro triunfal.
Como tanto las encuestas como los "focus groups" se llevan a cabo desechando lo que corresponde desde el abordaje científico, no se toman en cuenta para el diseño de muestras las variables pertinentes y específicas ni se realizan la confección de los cuestionarios ni la toma de las encuestas así como tampoco se encara la indagación en tales "focus groups" según un enfoque propio de la Política.
Por ejemplo, variables pertinentes y específicas son la adhesión o inclinación partidaria, los comportamientos electorales previos de encuestadas y encuestados o de quienes se convocan a los "focus groups" y de la misma manera la indagación tiene que centrarse en lo político y, de manera sistemática, incluir razones, motivaciones o porqués (por ejemplo, el encuestado o la encuestada manifiesta que votará por tal candidato o candidata; a continuación debe requerírsele que dé cuenta de por qué se define por tal opción). En los "focus groups" debería profundizarse, promover el debate, poner a prueba hipótesis y, luego, interpretar con toda la complejidad que se requiere: en rigor, solamente el Método Vincular, mi creación, hace factible que esto se cumpla con todas las garantías de sustentabilidad epistemológica y, también, con la creatividad que cabe.
Al no cumplirse con lo que acabo de exponer, encuestas y "focus groups" se implementan sin tener en cuenta a la Política, pese a que la problemática es política y el voto es un acto político.
Sin pretensión de exhaustividad, que en todo caso quedará para otras publicaciones, hago acá una observación:
Brasil no tiene una tradición de politización equivalente a la Argentina ni a la de la mayoría de los países latinoamericanos, europeos, asiáticos y africanos. Tampoco una tradición gremial de envergadura.
Además, dos diferencias sustanciales se dan entre Brasil y la Argentina:
- La primera, histórica, consiste en que Brasil nace como imperio y sin llevar a cabo una auténtica revolución independentista. La Argentina, como toda América hispánica, tiene su revolución y guerra independentista a lo que se suma que con la conducción de San Martín, Belgrano, Güemes, Azurduy y otras y otros patriotas extienden la emancipación a media Sudamérica.
Brasil conserva aspiraciones imperiales, jamás las abandonó por completo.
- La segunda, contemporánea, es que en la Argentina el peronismo fundacional encabezado por Perón articuló la nación con el pueblo y los trabajadores. De tal manera, ese peronismo no solamente condujo al pueblo y potenció al movimiento obrero sino que también adoptó a la nación, haciendo confluir los intereses nacionales con los populares y de los trabajadores. Al plasmar las cosas de tal manera, ese peronismo conducido por Perón le quitó a las fuerzas conservadoras, oligárquicas o de la gran burguesía la "apropiación" de la idea o del concepto de nación. En Brasil, en cambio, el Partido de los Trabajadores o PT (Lula) es una organización de clase o sectorial (más sectorial que de clase ya que no asume la lucha de clases como la "fundaran" Marx y Engels y tal como es encarada por los marxistas, al menos por los consecuentes). Consecuencia: las fuerzas conservadoras, tradicionalistas, de derecha o de ultraderecha u oligárquicas de Brasil toman para sí la nación mientras que el PT y Lula se quedan con los trabajadores o el movimiento obrero. De ahí que la bandera brasilera sea el emblema de Bolsonaro y sus partidarios mientras que la roja sea la que enarbolan Lula, el PT y sus militantes y simpatizantes. En la Argentina la derecha o la ultraderecha, las fuerzas conservadoras u oligárquicas tienen poco que ver con la nación y hasta son contrarias a los intereses nacionales, más allá de que de vez en cuando a través de algunos personajes minúsculos o farsescos se muestren patrioteros o que las dictaduras cívico militares hayan esgrimido ficticiamente la "defensa de la nación ante la amenaza comunista".
Ambas diferencias, determinantes, son constitutivas y de gran significación para comenzar a comprender políticamente los resultados electorales en Brasil.
A esa plataforma propia de Brasil, se añaden en la actualidad factores determinantes o influyentes, según el caso, tales como: el desarrollo e incremento imparable del narco, de lo lumpen, de los cultos evangelistas, todo lo cual se emparenta fácilmente con la ultraderecha.
Acerca de los "focus groups" y de las encuestas
Aclaro que el entrecomillado de “focus
groups” obedece a que, abiertamente, descalifico tal denominación y el concepto
que apaña, surgidos del empirismo anglosajón, más específicamente de los EEUU
de Washington ya que se atribuye su creación al discutible Robert Merton. Se
llaman así porque se trata de reunir a un número de personas (normalmente entre
seis y diez) que, por medio de un coordinador, se centran o enfocan en un determinado
tema; a tal punto es la restricción que una función de tal coordinador, atado a
un cuestionario casi cerrado, es evitar
que los integrantes de tal grupo se salgan del tema o incurran en asociaciones
libres: es un vicio empirista típico, ya que habla de la incapacidad de tornar
pertinente en una indagación lo que puede parecer no pertinente.
Son reuniones en las que se disciplina con el
objeto de que el coordinador y su contratante logren las respuestas que a ellos
interesan más que brindar las condiciones para la reflexión, el debate, la
puesta en escena de la imaginación, la profundización de las problemáticas. Esas reuniones pueden ser observadas por
clientes y otros interesados a través de la clásica cámara de Gesell o por
medio de sus versiones actuales posibilitadas por la computación, viendo a
distancia las reuniones a través de un monitor o pantalla.
Dejo en claro, sucintamente y sólo con
finalidad comparativa, que por mi parte empleo las reuniones o grupos de
indagación operativa, una modalidad francamente diferenciada: máxima apertura
para encarar los temas previstos y las cuestiones que van surgiendo, generando las condiciones para el debate y para que emerja
toda la diversidad de opiniones. Desde luego, resulta así más difícil para un
coordinador, habitualmente formateado para ajustarse a lo que puede controlar.
Como puede verse, en la descripción que hago
de los llamados “focus groups”, de su coordinación y de la mirada inquisitiva y
censora del contratante, lo dominante y
excluyente es la manipulación.
Se espera de esos grupos que respondan
únicamente lo que es de interés del contratante; por tomar un ejemplo actual,
si a un grupo de tal naturaleza se le plantea la disyuntiva cerrada acerca de a
quién dan la razón, si al policía del gatillo fácil o al cuasi niño asesinado
por la espalda todas las probabilidades juegan a favor del primero. Felices entonces el coordinador o la
consultora a la que pertenece porque el resultado salió prístino y claro. Felices
los contratantes que ya tienen para decir o para fijar políticas acordes con lo
que “espera la gente”.
Por su parte, las encuestas, revestidas del
manto de una cientificidad simulada, con otra modalidad, también se basan en la
lógica de los llamados focus groups; cuestionarios cerrados o apenas abiertos,
y muy eventualmente, preocupación por el tamaño de la muestra más que por su
conformación, tratamiento del encuestado como un respondente encorsetado,
ausencia de pedido de razones acerca de por qué responde como responde. Es
decir, las cosas hechas como para después satisfacer al contratante y publicar
que “la gente opina tal cosa”, “la imagen de tal dirigente, o de tal marca, o
de tal institución es buena, muy buena”, “la gente espera que…”. Uno de tantos
errores con que se encaran las encuestas es que no consideran las escalas de
evaluación según en nivel de cultura y compromiso social o político de los
encuestados o de las encuestadas.
Así, a pesar de los milenios transcurridos,
la escena primordial sigue vigente: el rey o el conquistador visitan al oráculo
que habrá de darle la respuesta deseada. Así, los gobernantes y dirigentes
actuales reencarnan a monarcas y nobles en tanto estos consultores resucitan a
los sofistas, alquimistas, adivinos o los sabihondos místicos que brindaban
seguridades o les daban letras a tales monarcas y nobles. Así, los personajes
de los médicos que abruman con sus parlamentos o intervenciones en “El enfermo
imaginario” de Moliére mantienen tanta vigencia.
Debo decir, apenado, que muchos se han
formado conmigo o han estudiado mis textos y es triste ver cómo tiraron por la
borda las enseñanzas que tanto me costó parir y en las que tanta vocación así
como conocimiento y experiencia puse.
La manipulación nació con la humanidad, tiene
mil caras y procede de mil maneras, pero hoy dispone de estas técnicas, los
focus groups y las encuestas tal como las que aquí he descrito, para abrevar,
para alimentarse.
Porque el aparato manipulador no requiere
conocer al otro, no busca conocer la opinión en profundidad, no procura diseñar
una estrategia, no está interesado en saber con qué se cuenta para desarrollar integralmente a países como la Argentina, Brasil o latinoamericanos en general, no procura garantizar la justicia social, política y económica,
no se preocupa por los derechos de los trabajadores ni de los niños ni de las
mujeres ni de los ancianos, no sabe o no quiere saber qué significa un pueblo.
No, para nada tiene tales inquietudes.
El aparato manipulador sólo quiere saber por
dónde entrarle a la población, a electores, a los consumidoras/es o a usuarias/os
para imponer su voluntad, Y ya se sabe, la voluntad del aparato manipulador
circula por los carriles del despotismo, de la explotación, de dar el gusto a
quienes concentran en el planeta el poder social, cultural, político y
económico.
Por qué los "focus groups" y las encuestas carecen de sustento científico y están divorciados de la Política
Carecen de sustento científico porque no se basan en un cuerpo conceptual debidamente probado, validado y confiable.
Justamente mi creación, el Método Vincular, genera la ciencia que permite la instrumentación de técnicas que se basen en una compleja teoría, obviamente científica, que parte de establecer un objeto de conocimiento y el método con el cual abordarlo (al respecto puede consultarse en este mismo blog el artículo El Método Vincular funda una ciencia).
Tanto los "focus groups" y las encuestas se caracterizan por el divorcio de tanto de la ciencia como de la Política al:
- no contar con lo ya dicho, una teoría científica en la cual sustentarse ni con método,
- no tratar a la Política como una disciplina científica que tiene su objeto en las relaciones de poder,
- no tener en consideración ni herramientas conceptuales propias de la Política ni las variables específicas y pertinentes para el diseño de muestras y la indagación,
- atomizar, desagregando artificialmente cuestiones que deberían ser tratadas sistémica o integralmente (por ejemplo, se indagan temas a los que se considera de "agenda", prejuiciosamente listados. Así, se indagan separadamente problemáticas tales como "inflación", "inseguridad", "imagen de tal o cual candidato o gobernante", etc.)
- no se incluyen abordajes ni técnicas de gran valía, particularmente análisis comunicológicos,
- no se interpretan los datos o la información recabada, no se interpretan las opiniones o creencias relevadas sino que se las aborda en su literalidad.
Desde el punto de vista de la ciencia los comportamientos sociales y políticos son materia de la investigación social, la habitualmente llamada investigación social.
La investigación social científicamente encarada es lo que se conoce como investigación cualitativa la cual tiene su sustento en el Método Vincular. Las encuestas son, en todo caso, una técnica para establecer la magnitud de las conclusiones a las que se arriba mediante la investigación cualitativa.
En resumen y enfáticamente, nada más alejado de la Ciencia y de la Política, nada más contradictorio con la Ciencia y con la Política que los "focus groups" y las encuestas.
Bibliografía de consulta
Rubén Rojas Breu. Método Vincular. El valor de la estrategia. Primera edición. Buenos
Aires. Ediciones Cooperativas de Buenos Aires. 2002
Rubén Rojas Breu. La investigación cualitativa como
herramienta primordial de la dirección. Segunda edición. Mimeo. Buenos
Aires. 2017. Primera edición. Buenos Aires. CIAP FCE UBA.2012
Rubén Rojas Breu
Buenos Aires, setiembre 2016 y actualizado en octubre 2022
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