Rubén Rojas Breu
CONCEPTO
DE ORGANIZACIÓN
Lo que expondremos a
continuación tiene como texto antecedente el que publicamos como ficha con Jorgelina
Aglamisis en la Cátedra “Teoría y comportamiento organizacional”, de la carrera
de Relaciones del Trabajo, Facultad de Ciencias Sociales de la UBA.
Las organizaciones están
presentes desde siempre y en todo momento en la vida humana. Lo mismo,
siguiendo a Edgar Morin, podría afirmarse respecto de la naturaleza pero aquí
nos ocuparemos de las organizaciones humanas.
Reforzando lo antedicho,
destaquemos que el Método Vincular,
entre sus diez axiomas, incluye el que define que todo demandante, cualquiera
sea su rol (ciudadano, votante, afiliado, usuario, consumidor, etc) y todo
oferente es miembro de una organización y/o es una organización (obviamente, el
Estado y cada uno de sus organismos, las ONGs, los partidos políticos, las
empresas, los cultos o iglesias, las familias, los grupos de amigas/os, etc.
son organizaciones).
Reiterando, para
el MV todo miembro de una demanda y todo oferente integra o constituye una organización.
Habitualmente se incurre en la
suposición ingenua, superficial o pre-científica de creer que las decisiones
son “individuales”; por lo contrario, toda decisión que se toma, la tome quien
la tome y, a menudo, de modo inconsciente, es en el carácter de integrante de
alguna organización. La responsable o el responsable de un hogar, toma en el
supermercado la decisión de compra de un producto de determinada marca,
representando a los integrantes de su grupo familiar (incluso esto vale para
los hogares unipersonales, que también son organizaciones). Si decimos esto con
relación a la familia, con más razón quedará en claro que es así para el resto
de las organizaciones, de la índole que sea. Incluso un votante decide su
opción sobre la base de determinaciones o condicionantes de las diversas
organizaciones a las que pueda pertenecer (familia, partido político, gremio,
culto, institución y así hasta cubrir el más amplio espectro posible).
Para la comprensión de lo que
estamos exponiendo hay que despejar una creencia que constituye todo un obstáculo
epistemológico (Bachelard).
Es decir, hay que superar un
supuesto generalizado y falaz: el que sustenta la idea de que “la sociedad es
un conjunto de individuos”.
La noción de “individuo” es
obsoleta (no nos detendremos aquí a desarrollar al respecto) y es, además, un
escollo toda vez que se incurre en un salto entre “el individuo” y “la sociedad”
como si no hubiera mediaciones, nexos, estructuraciones diversas entre el uno y
la otra. Justamente, las organizaciones son tales mediaciones, nexos o
estructuraciones.
De tal manera, al mismo tiempo
la sociedad –la humanidad – existe a través de las organizaciones y las
personas son integrantes de las mismas. Esto no implica, de ninguna manera, que
una persona no tenga capacidad o posibilidad de decisión precisamente personal;
implica que su decisión o cualquier comportamiento que tenga se da en el marco
de alguna organización o en el marco de más de una. No es pertinente considerar
a la sociedad como un agregado ni tampoco a las personas como entes aislados.
Que las organizaciones están
desde siempre significa:
w Que
surgieron al mismo tiempo que la especie humana se constituyera como tal, lo
cual nos remonta a la prehistoria misma.
w Que
ya antes del nacimiento, desde el momento mismo que es concebida cada persona,
ésta ya participa de organizaciones. En cierto modo, la primera organización o
la más significativa en el primer momento de vida es la familia. Pero cabe
aclarar que la familia no es la única: desde el momento mismo de la gestación
están presentes el Estado, las instituciones o las prestadoras de salud, los
grupos de amigas o amigos, los lugares de trabajo de madre y padre, los
comercios en los que abastecerse de productos para la crianza, etc.
Para
una más clara fundamentación y, también, para una mejor comprensión, cabe
apelar al razonamiento lógico que se expresa a través de las relaciones básicas
de contradictoriedad y de contrariedad.
De
acuerdo a la relación de contradictoriedad a la organización se opondría la
no-organización.
La
no-organización no se da concretamente como tal: se trata de una idea o noción que se corresponde con un
momento virtual evolutivamente muy temprano, prehistórico o preexistencial. El
caos es la manifestación más elocuente y a la que más se recurre para intentar
dar cuenta de la no-organización. Hasta existe la suposición de que “en el
principio fue el caos” y según la más vigente de las teorías del origen del
universo aluden así al momento de la Gran Explosión inicial, casi temporalmente
inexistente de acuerdo a la duración que habría tenido.
En
rigor, el contradictorio no-organización o el contrario “caos” es más una
reacción destinada a dar cuenta de temores existenciales que a reflejar algo
realmente posible.
Tal
contradictorio y tal contrario, tienen también un valor epistémico, o sea de
valor para el conocimiento. En esto han influido en algunos autores
fundacionales de las Ciencias de lo Humano las leyes de la termodinámica
(Boyle, Sadi Carnot, Gay Loussac, entre otros), particularmente el concepto de
entropía.
Para
nuestro interés tomamos de lo anterior, que puede resultar un tanto críptico,
lo siguiente: en el paso de una organización a otra, en una transmutación,
podríamos suponer que se da un instante que se vivencia como de ausencia de
organización o como presencia de caos.
Por
ejemplo, en cualquier revolución - la francesa, la de Mayo en nuestro país, la
rusa, la mexicana, la cubana, etc.-, hay
un estado que fácilmente se vivencia como de desorden; del mismo modo aconteció
con la hiperinflación que afectó a Alemania en los años 1921-23 o en nuestro
país en los años 1989-91.
Yendo
a niveles de menor envergadura, cualquier organización cuando pasa de un estado
a otro genera el efecto de vivencia de desorden, desorganización o caos:
incluso, por grato que pueda ser, algo de eso se da al fusionarse dos empresas,
al disolverse un organismo estatal para ser reemplazado por otro o al unirse
dos familias por vía de que un/a miembro de una de ambas familias contrae matrimonio con un/a
de la otra.
Acorde
con todo lo antedicho, el nacimiento de
una organización se da siempre entre organizaciones ya existentes. Una
organización surge en el contexto constituido por la totalidad de las
organizaciones, emerge en el medio de una red de organizaciones (acéptese la
redundancia ya que tiene finalidad didáctica).
Esto
contradice otra suposición falaz que también obstruye el conocimiento: la idea
de que una organización es el resultado de una suma de “voluntades individuales”
o de la brillante idea de un fundador o de un emprendedor. Sin negar el valor
que pueda tener la capacidad o la vocación de emprender, una organización nace
y prospera en la medida que hay un vacío potencial a ocupar, vacío resultante
de la dinámica que en su desarrollo van generando las organizaciones ya
existentes. En todo caso el fundador, el emprendedor o “las voluntades
individuales” por motivos que hay que esclarecer en cada caso, perciben (a
menudo más inconscientemente que por vía de la conciencia) que tal vacío
existe. Este punto requiere quizá una profundización que dejaremos para otra
publicación.
El paso previo a la
configuración de una organización es algo más virtual que real: la agrupación
o, recurriendo a su expresión sustantiva, el grupo. Esto es así aun cuando la
organización sea unipersonal (por ejemplo, un quiosco atendido sólo por su
dueño o un hogar que se inicia con un único residente). Decimos que aún en este
caso porque quien establece esa organización unipersonal pertenece ya a otras
organizaciones y porque resume en sí roles y labores que se encaran
grupalmente; es decir, esa única persona está sustituyendo al grupo manifiesto.
Volviendo,
el paso antecedente a la organización es el grupo, el cual es el término del
que nos valemos para fijar un inicio; o sea, tiene más valor especulativo o
reflexivo que real. Dicho de otro modo, un grupo en el momento mismo que se
forma ya se está organizando.
Algunas
precisiones más antes de cerrar con la definición de organización:
1. Toda
organización nace para dar cumplimiento a objetivos que también están
determinados por la red de organizaciones en la cual emerge. Sobre los objetivos
de una organización se pueden ver otros textos (por ejemplo, Método Vincular. El Valor…,ver en
Bibliografía). También será tema de otra publicación próxima.
2. Toda
organización interactúa con la Ley. La Ley, que es un concepto que se despliega
a través de la totalidad de las leyes, es también constitutiva de la especie
humana. No hay humanidad sin Ley y sin leyes.
En el párrafo
precedente la palabra clave es “interactúa”; es decir, no afirmamos de ninguna
manera que las organizaciones se sometan en todos los casos y siempre a la Ley
y las leyes. De tal manera, no hay que confundir interactuar con la Ley con
someterse a la misma. Una organización delictiva interactúa con la Ley toda vez
que está condicionada por el Estado, sus fuerzas de seguridad, el Poder
Judicial, el ejercicio del Derecho, etc.
Pero además adoptamos
el concepto más amplio de Ley y de leyes; no nos circunscribimos a las leyes jurídicas.
Cualquier organización interactúa con las leyes propias de la naturaleza y de
lo humano: por lo tanto, incluimos a las leyes matemáticas, físicas, químicas,
biológicas, antropológicas, sociológicas, políticas, psicológicas, económicas,
etc. Valga un ejemplo simplote: una fábrica de aviones tiene que tener muy en
cuenta la ley de la gravitación universal (Newton), la de Bernouilli, etc.
Aunque
a esta altura incurramos en exceso respecto de promesas o remisiones, sobre la
Ley y las leyes también puede apelarse a otros textos o esperar una publicación
específica.
3. Según
los desarrollos de las Ciencias de lo Humano y, en particular, del
Psicoanálisis (Freud), la configuración psíquica se estructura, simplificando,
en lo inconsciente y la conciencia. Al interpretar el peso y la interacción de
lo inconsciente y de la conciencia, tendemos a hablar de registro latente y
registro manifiesto.
El registro manifiesto
es el que percibimos de inmediato, como si fuera a simple vista, y el latente
el que debemos traer a la luz, el que debe ser interpretado. El registro
manifiesto tiene su rol hasta cierto punto determinante y, a la vez, es la
puerta de acceso al registro latente.
Hechas todas estas consideraciones, podemos cerrar con
nuestra definición de Organización:
La Organización es el modo en que los grupos
encaran Objetivos e interactúan con la Ley a través de conductas que
corresponde interpretar en el marco de la intersección entre el registro
manifiesto y el registro latente.
BIBLIOGRAFÍA
Bachelard, Gastón (1979): La formación del espíritu científico,
México, Siglo XXI
Freud, Sigmund ((1976): Metapsicología, Buenos Aires, Amorrortu
Morin, Edgar y otros (1979): El concepto de crisis, Buenos Aires. La
Aurora / Megalópolis.
Morin, Edgar (2016): El método, Madrid, Cátedra.
Rojas Breu. Rubén (2002): Método Vincular. El valor de la estrategia. Buenos Aires. Ediciones
Cooperativas de Buenos Aires. 2002
Rubén Rojas Breu, Buenos
Aires, junio 2018
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