jueves, 21 de junio de 2018

LOS OBJETIVOS DE LAS ORGANIZACIONES


Rubén Rojas Breu


LOS OBJETIVOS
DE LAS ORGANIZACIONES[1]



INTRODUCCIÓN: la perspectiva de análisis

En nuestra concepción las organizaciones son, ante todo, portadoras de sentido del mismo modo que la totalidad de las acciones humanas. Merecen ser conceptualizadas con la suficiente profundidad como para jerarquizarlas debidamente como objeto de estudio para evitar  incurrir en lecturas que, de tan superficiales, prácticas o descriptivas, reducen su significación. Sostenemos el carácter fundante que las organizaciones tienen en tanto están  presentes desde el comienzo mismo de la especie humana y de la vida de cada persona
Muy a menudo se considera a las organizaciones como si fueran realizaciones únicamente intencionales, que cumplen ciertas finalidades básicas y con cierto carácter eventual o de presencia acotada. Es decir, tanto por parte de la opinión común más extendida como por muchos expertos de las ciencias sociales, se tiende a circunscribirlas al estrecho universo de las que pasan por ser las “más sociales”: empresas, organismos públicos de las diversas áreas e instituciones privadas. También, de un modo más tácito que explícito, se las tiende a imaginar casi como recientes en términos históricos.
A la par y paradójicamente, se las visualiza como si fueran casi “a-sociales” en cuanto se las asocia en abstracto con la sociedad en su conjunto, como si se desconociera el carácter intrínsecamente social de lo humano y por tanto de las organizaciones. De tal manera, se las termina aislando, concibiendo casi como sistemas cerrados que, como por obligación, interactúan con contextos,  los cuales, a su vez, son pensados como estables u homogéneos.
Se incurre así en versiones y nociones de naturaleza ilusoria. Téngase en cuenta que tales nociones frecuentemente inducen a diagnósticos y decisiones inadecuadas que afectan tanto al “interior” de las organizaciones como a la relación de éstas con su entorno. Por este camino se puede llegar a falacias tales como que las organizaciones responden a objetivos tan genéricos que implican como contraparte a una sociedad en abstracto o  que nacen por obra de un acto divino o que tienen por objeto el de perpetuarse a sí mismas; falacias tales llevan a menudo a consecuencias del todo indeseables.  
Es generalizada la perspectiva equívoca que parte de pensar a la organización como si fuera una entidad aislada o aislable que emerge  por asociación voluntaria de individuos y  con independencia de los contextos que la circundan. Son puntos de vista  deudores aun de concepciones decimonónicas de lo social.


En nuestro punto de partida las organizaciones son constitutivas de lo humano[2].

La humanidad está conformada por una compleja red de organizaciones interactuantes que incluyen desde los estados, los organismos supranacionales, las empresas multinacionales hasta las familias, vecindarios y grupos de amigos.
Nada ni nadie está fuera de las organizaciones, ni siquiera el anacoreta que pueda vivir supuestamente aislado en alguna caverna ya que nació en el seno de una organización, la propia familia o algún sucedáneo, y se moldeó a través de la pertenencia a organizaciones diversas. De modo que hasta ese anacoreta, en interacción consigo mismo y con su entorno, está organizado. El célebre personaje de Defoe, Robinson Crusoe, mientras vivió en soledad en la isla perdida, organizó y estuvo organizado, aprovechando el conocimiento y experiencia adquiridos a través de las organizaciones de las cuales había formado parte a lo largo de su vida.

Al establecer esta vinculación intrínseca -o sea, de carácter endógeno- entre el carácter social de lo humano y las organizaciones estamos postulando el lugar fundante  de los Objetivos, su status de estructurantes básicos de las Organizaciones. En otra nota, veremos que tal status es compartido con la Ley.
Remitimos a nuestro artículo “Concepto de organización” en el cual establecemos el carácter fundante de la intrínseca articulación entre los Objetivos y la Ley.

Los Objetivos de la organización se dan en función del lugar que la misma ocupa en la sociedad; son, por lo tanto, deducibles. Es decir, los Objetivos son pensables y determinables según el rol que la Organización ocupa en el entramado social – y no según la intención de sus fundadores, directores o responsables -. Ciertamente, quienes dirigen una organización se proponen alcanzar resultados o metas, que el análisis particular de cada organización habrá de evaluar hasta dónde o de qué modo coinciden con los Objetivos.
A lo que aspiran quienes tienen responsabilidad de conducción lo llamamos  propósitos; reservamos la denominación Objetivos para referirnos a lo que la Organización debe cumplimentar en el seno de la sociedad de la cual forma parte.
En resumen, los propósitos  devienen de lo que quieren los responsables o miembros;  los Objetivos son “objetivamente”[3] de la organización.  Es habitual que los propósitos  entren en colisión con los Objetivos una organización.
Mientras los propósitos son conscientes y se declaman, los Objetivos son materia de estudio e interpretación y, habitualmente, no están espontáneamente en el campo de la conciencia de los responsables de una organización. Es a través de la investigación, la cual implica siempre interpretar, que se deducen tales Objetivos.
Las grandes organizaciones cuentan con sus declaraciones de principios y, a menudo, definen lo que dan en llamar su “misión y su visión”. Desde ya decimos que estos dos últimos términos carecen de sustentabilidad científica y, por lo tanto, no los convalidamos. Tales declaraciones de principios frecuentemente poco tienen que ver con los Objetivos que la organización efectivamente cumplimenta.


LOS OBJETIVOS DE LAS ORGANIZACIONES

Si las organizaciones no se materializan sino a través de la humanidad y para ésta las organizaciones son constitutivas, se deduce que los Objetivos de una organización están ante todo determinados por su inscripción en el entramado social que integra.
Las organizaciones no resultan simplemente de asociaciones de “individuos”[4] que se reúnen conscientemente para materializar aspiraciones también conscientes. Por el contrario, las organizaciones nacen en el seno de una red de organizaciones: innumerables organizaciones ya están funcionando al momento en que otras organizaciones emergen, las cuales se integran de variadas maneras a tal red. Su sentido primordial está más allá de la organización misma: está en el servicio que habrá de prestar a la configuración social de la que forme parte y, en particular, a la red de organizaciones que integre.  
De tal modo, los Objetivos Estratégicos  de una Organización son los que la misma cumple - más allá de la conciencia e intencionalidad de sus miembros- dentro de su contexto o hacia la sociedad.

Los Objetivos Estratégicos en toda organización se definen en función de su lugar en la configuración social que integra, en la cual dos son los ámbitos a considerar:
  

  • La comunidad

  •  La zona de interacción entre oferentes y demandas en el sentido más abarcador de estos términos. [5]


Ahora bien, para el cumplimiento de los Objetivos Estratégicos la organización debe imponerse a sí misma pautas, configuraciones, tareas y normas que le permitan operar en  la dirección por ellos fijada: de tal manera, también habrá de proponerse Objetivos hacia la organización propiamente dicha (“el adentro” de la Organización) a los que llamaremos Objetivos Intraorganizacionales..

Surgen dos problemáticas:


  •   La primera tiene que ver con el particular perfil que los miembros, especialmente los fundadores, de una organización presentan y expresan como para guardar congruencia con el rol que la misma va a cumplir o cumple en el seno de la configuración social que integre.

  • La segunda alude a las adecuaciones que los grupos y miembros integrantes de la organización hacen conscientemente para que los Objetivos Estratégicos y los Objetivos Intraorganizacionales alcancen el máximo grado de compatibilidad posible. Los miembros de cualquier organización proceden de otras, siguen participando también de otras y, además, aspiran aun a otras: por tanto, sus pertenencias previas, paralelas y ambicionadas inciden en su comportamiento en la organización en cuestión condicionando el modo en que se van a vincular con la misma y, particularmente, con los Objetivos que tiene que cumplir.


Los Objetivos Estratégicos

Reiteramos, son los que la organización cumple en su afuera, en su exterior, en el seno de lo social en sentido amplio, en la red de organizaciones que la humanidad y cada ámbito en que ésta se particulariza.


Dos niveles de Objetivos Estratégicos podemos recortar para cada organización:

1. El nivel correspondiente a los Objetivos que hacen al genérico al cual la organización pertenece. Así por ejemplo, si se trata de un hospital estos objetivos pueden ser el de la asistencia, la prevención, la docencia y la investigación a los efectos de promover, garantizar y preservar la salud. Si se trata de una empresa, el objetivo genérico será el de la obtención de lucro a través del dominio de un tipo de negocio o de negocios. A estos llamamos entonces Objetivos determinados por el genérico al que pertenece la organización.

2. El nivel correspondiente a los Objetivos que hacen a la especificidad de la organización en cuestión. Estos Objetivos son exclusivos de cada organización. Cada organización tiene sus Objetivos Específicos, los cuales son más determinantes que los correspondientes al genérico.
No hay dos organizaciones que tengan los mismos Objetivos Específicos con respecto a la sociedad, a la comunidad, a su área de interacción o a su mercado.
Se trata de los Objetivos que confieren el sentido pleno a la organización y que están directamente relacionados con su identidad.


Dos tipos de Objetivos Específicos definen a cada organización:

A.      El Objetivo de Posicionamiento, que es el que expresa la posición relativa que la organización ocupa o debería ocupar en la sociedad. Basándonos en la creación de este autor, el Objetivo de Posicionamiento es un Objetivo de Posicionamiento Vincular.
Es lo que diferencia a la organización respecto de otras que participan del mismo genérico. De este modo, establecer un Posicionamiento Vincular implica inexorablemente  hacerlo siempre en base al análisis comparado de dos o más organizaciones.
Con relación a este tipo de Objetivo es que debemos considerar la identidad institucional  y, por supuesto, la imagen institucional.

B. El Objetivo de Desempeño, o sea la participación y penetración que una organización puede aspirar a alcanzar objetivamente, análisis mediante. Nos referimos a las metas que hacen a qué porcentaje de mercado, o qué caudal electoral, o qué respuestas de sus feligreses, o qué tasas de alfabetización, etc.

Desde ya, ambos tipos de Objetivos en lo concreto están imbricados, estrechamente interrelacionados: el análisis, la docencia o la elaboración de estrategias y toma de decisiones nos obligan a disociarlos. Entre ambos tipos de Objetivos hay naturalmente sinergia, se potencian o se debilitan unos a otros.

Los Objetivos Intraorganizacionales

Los Objetivos Intraorganizacionales se refieren a los que la organización objetivamente,  también deducibles, se le imponen para el cumplimiento de su rol: o sea, se trata de los referidos hacia el “interior” de la organización.
Estos Objetivos se centran en el diseño organizacional a alcanzar, en las políticas a seguir para las distintas áreas de incumbencia y con los distintos sectores, áreas y grupos integrantes y en el mejor aprovechamiento de la cultura organizacional. *




Bibliografía

Rojas Breu, Rubén (2002): Método Vincular. El Valor de la Estrategia. Ediciones Cooperativas de Buenos Aires

Rubén Rojas Breu (2011): Aportes de un hecho histórico a la dirección estratégica. La batalla de Queronea. Mimeo. Buenos Aires, 2011. En versiones PDF y PP.
Rojas Breu, Rubén (2014): El deseo de la estrategia. CIAP FCE UBA, Buenos Aires.

Rojas Breu, Rubén(2018): El concepto de organización. Publicación en blog de Rubén Rojas Breu








[1] Este artículo tiene su antecedente en uno de autoría compartida con Jorgelina Aglamisis “Los Objetivos y la Ley como estructurantes básicos de las organizaciones” el cual se publicó como ficha de la cátedra “Teoría y comportamiento organizacional”, carrera Relaciones del Trabajo, Facultad de Ciencias Sociales UBA en el año 2000.
[2] Ver el artículo “Concepto de organización”
[3] Esta redundancia es intencional y pretende estar dotada de pleno sentido.
[4] Ya hemos señalado en diversas publicaciones, clases y conferencias que la noción de individuo es obsoleta y carece de sustento epistemológico.
[5] Abreviamos zona O-D cuando se trata de la interacción entre oferentes y demandas de los campos social propiamente dicho y político. El“mercado” es un tipo específico de  interacción entre oferentes y demandas el que vincula a las empresas que comercializan productos, bienes o servicios con clientes, consumidores y usuarios. Se desprende que nuestro concepto de mercado difiere sustancialmente del de los usos en boga.
* Puede ampliarse este punto con los autores que abordan este espectro de cuestiones.





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