miércoles, 6 de junio de 2018

DESEO SEGÚN EL MV Y RELACIÓN CON EL PODER


Rubén Rojas Breu

DESEO SEGÚN EL MÉTODO VINCULAR Y SU RELACIÓN CON EL PODER

El concepto de deseo que formularemos es el primero de los diez axiomas del Método Vincular.

Según la Real Academia española uno de los significados de la palabra axioma es: “cada uno de los principios fundamentales e indemostrables sobre los que se construye una teoría.”

También puede definirse axioma como una proposición asumida dentro de un cuerpo teórico sobre la cual descansan otros razonamientos y proposiciones deducidas de esa premisa.

Llamamos axioma según el MV a cada uno de los principios fundamentales sobre los que se asienta el mismo.

Son demostrables, pero los adoptamos como puntos de partida indiscutibles en la medida que hacen falta para sustentar todos los desarrollos teóricos del MV. Dicho metafóricamente, son los cimientos del edificio.

La totalidad de los axiomas del Método Vincular conforman un sistema: esto es, están todos intrínsecamente interrelacionados de modo tal que cada uno se comprende por su vinculación con los restantes.

En este artículo nos referiremos, entonces, al primer axioma:

El concepto de deseo es el fundamento del Método Vincular
El deseo, según el Método Vincular, difiere de todas las acepciones habituales, tanto de las diversas disciplinas como de las vulgares, difundidas o comunes. Es decir, definimos deseo en el marco referencial que genera y en el que se apoya el Método Vincular.
Para el MV el deseo es inherente a la interacción social en todos los ámbitos de la vida humana. Como tal sostiene los vínculos entre los humanos en los campos social propiamente dicho, cultural, político, mercado y económico.
Según el MV no existe el deseante sin lo deseado o lo deseable; y, viceversa, no existe lo deseado o lo deseable sin el deseante.
El deseo es la articulación intrínseca de dos aspiraciones inconscientes que se dan al mismo tiempo tanto por parte de la demanda como por parte de los oferentes,  saber:
  • A la vivencia de plenitud o, lo que es lo mismo, de la perfección total = imagen ideal de sí.

  • A la sensación de dominio total sobre los otros y sobre lo demás = el poder.
Por ejemplo, un ciudadano, votante, usuario, consumidor o miembro de cualquier tipo de organización -incluida la familia- busca sentirse, inconscientemente, al mismo tiempo dotado de toda perfección y en posición de superioridad o dominio sobre los demás. Por su parte, un proyecto, programa, servicio, propuesta, fuerza política, gobierno, dirigencia o dirigente, trabajador o, nuevamente, miembro de cualquier organización lo que  busca mostrar perfección y asegurar su superioridad o dominio sobre todo aquello con lo que compita o interactúe.
Advertimos que, tal como enunciamos en otros axiomas, una persona en cualquier rol es una pluralidad de sujetos y, por otro lado, el algo con lo que se vincula es una multiplicidad de objetos.
Esto quiere decir que el dominio sobre los otros y sobre lo demás es, al mismo tiempo, dominio de un sujeto “interno” de cada persona sobre los demás “sujetos internos”; a la vez, el dominio del algo que se ofrece sobre otros “algos” es simultáneamente dominio sobre una parte de lo que está en juego.
Una anécdota histórica nos viene en ayuda para ilustrar las dos dimensiones que se articulan en el deseo: la imagen ideal de sí y el poder.
Luis XIV de Francia al mismo tiempo que decide asegurar y expandir poder para sí y para su país construye el famoso palacio de Versailles, el cual es no sólo una manifestación de grandeza sino también de culto de su propia imagen. Tan es así, que el palacio cuenta con un ámbito destacado y fastuoso, el Salón de los Espejos; más aún, en momentos en que el rey decide la estrategia de expansión y dominio ordena el reemplazo del espejo de su recámara – por opaco y obsoleto – por otro que reflejara óptimamente su figura. Como se ve, articulación de las aspiraciones al poder y a la imagen ideal de sí.
Nos enfocaremos ahora en la cuestión del poder, de modo introductorio, ya que sobre tal cuestión tendríamos mucho para desarrollar lo cual haremos en próximos textos.
Es una característica de los humanos la tendencia continua a alcanzar y superar metas que, concretadas,  dan lugar a plantearse nuevas metas y a movilizarse para conseguirlas. Decimos, entonces, que los humanos y, en particular, sus organizaciones constantemente se proponen pasar de una situación dada A a otra situación aspirada o ideal B. Dicho de otro modo, equivale a fijarse objetivos y cumplirlos o intentar hacerlo.

Tal propósito se da siempre en un contexto en el que interactúan diversos actores y sectores que coinciden en la demanda, procura o ejercicio del poder.

Es considerando ambas premisas que proponemos la siguiente definición de Poder:

Poder es la capacidad para pasar de una situación dada A a una situación ideal o aspirada B en el seno de la interrelación entre distintos actores y sectores que demandan, procuran y/o ejercen dicha capacidad y el complejo contexto en el que tal interrelación se da.

En esta definición queda implícito que tal capacidad llamada Poder, en una estructuración simple, se da siempre como una relación entre tres términos:

  •   El que confiere el poder
  •   El que asume el poder
  •   El contexto en el cual ambos términos interactúan

Para próximas publicaciones quedan pendientes no sólo la profundización de qué entender por poder, sino qué es la Política conceptualmente considerada, temáticas tales como la diferenciación entre gente, masa, pueblo, opinión pública, electorado y ciudadanía, qué entender por contexto, actores y sectores, etc.

LIBRO RECOMENDADO
Rojas Breu. Rubén (2002): Método Vincular. El valor de la estrategia. Buenos Aires. Ediciones Cooperativas de Buenos Aires. 2002

 Rubén Rojas Breu, Buenos Aires, junio 2018



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