jueves, 24 de septiembre de 2020

ANÁLISIS DEL AVISO "DESAMOR" DE TOYOTA APLICANDO EL MÉTODO VINCULAR

Rubén Rojas Breu

 

ANÁLISIS DEL CORTO PUBLICITARIO

“DESAMOR” DE TOYOTA

Aplicando el Método Vincular

 

Descripción sumaria del aviso

El aviso audiovisual “Desamor” de Toyota es actualmente, setiembre 2020, difundido por televisión.

Promociona el “Plan Toyota” en 84 cuotas.

Está siendo reiteradamente emitido lo cual hace suponer que cuenta, según la jerga publicitaria, con un alto nivel de exposición medido en PBR (= “puntos brutos de rating” o cobertura bruta). De tal manera, cabe suponer que cuenta con suficiente audiencia como para alcanzar repercusión.

Con una cámara que alterna escenarios y planos, que inicia con una secuencia con plano general y baja iluminación en claroscuro, posiblemente para crear atmósfera romántica atemporal, la escena se desarrolla en un restaurante.

En esa secuencia inicial, una joven y un joven, de estrato medio, comparten una mesa, ubicada en un espacio central del establecimiento, vestidos sobria y prolijamente. Ambos, ubicados una frente al otro, en torno a una mesa de dimensión reducida quizá para subrayar intimidad, comparten bebida.

Se inicia el relato con la manifestación del fracaso por parte del joven en su intento de escribirle un poema. El audio musical acompaña casi subliminalmente.

Luego de revelarle su frustración como poeta ocasional, el joven le hace saber que quisiera compartir toda su vida con ella y, de inmediato, adjuntando a su verba el sonido onomatopéyico del suspenso, le presenta a ella un estuche de joyería, al cual abre, exhibiendo, según se percibe, un anillo de compromiso.

Mientras el joven se expresa, la mujer a través del rostro y, particularmente, de ciertos gestos, parece manifestar fastidio, impaciencia y desdén.

Tan pronto él le muestra el contenido del estuche, ella interpone su mano, frenándolo.

A partir de allí, ella le hace saber su sentimiento no propicio, lo cual se acompaña de imágenes que representan circunstancias que hacen a la desvinculación dado que la joven, pausadamente, como buscando el tono conmiserativo o delicado, le dice que cree ya no estar enamorada de él. En la sucesión de escenas se refleja la pesadumbre del varón y el malestar de la mujer por su rol de portadora de la triste noticia.

El punto final al noviazgo que decide ella coincide con una escena en la puerta de un departamento, en cuyo interior parece desarrollarse una fiesta o celebración. El personaje masculino atiende a su coprotagonista en la puerta a manera de anfitrión poco amigable y la mujer, como visitante, completa la confesión de su desenamoramiento. Él toma este remate de ella con displicencia, indiferencia o insensibilidad, como quien fue interrumpido para recibir una noticia irrelevante. El joven cierra en las narices de ella la puerta, al tiempo que se lleva a la boca un bocadito del extremo de un palillo y la joven, desconcertada o atribulada, emprende la retirada.

A continuación, el corto cambia abruptamente, da un salto: el escenario es un concesionario de Toyota, la iluminación pasa a ser intensa, a giorno, la cámara pasa del plano corto mostrando al protagonista observando el interior del modelo de Toyota al plano general con el vehículo en destacado dentro de la agencia y el joven acordando, seguramente, con el vendedor la transacción.

En las secuencias finales, el comercial pasa a exteriores con el Toyota circulando al tiempo que sobreimprime las promesas.

Cierra con una placa: “Toyota plan. Un plan distinto”.

Desde ya, señalo que se trata de una producción lograda, seguramente merecedora de impacto. No es esto lo que me ocupará centralmente en el análisis, por aquello de que “una cosa no quita la otra”. Es decir, una producción publicitaria puede alcanzar gran repercusión y, al mismo tiempo, no alcanzar los objetivos previstos o las metas para las cuales fue realizada.

 

Marco referencial

Abordaré el análisis aplicando mi creación, el Método Vincular. De tal manera, para la mejor comprensión de lo que exponga en este artículo, remito a mi libro Método Vincular. El valor de la estrategia (Eds. Cooperativas Bs. As., 2002) y a diversas publicaciones en este mismo blog, rubenrojasbreu.blogspot.com y a artículos en medios especializados.

Llevaré a cabo lo que defino como análisis comunicológico el cual consiste en la concurrencia de dos dimensiones a considerar en el análisis de todo tipo de texto, incluyendo los avisos publicitarios.

Un análisis comunicológico es una herramienta básica de la investigación social cualitativa, instrumento primordial del Método Vincular, el cual se sostiene fundamentalmente en dicho instrumento primordial.

Las dos dimensiones de un análisis comunicológico, según mi autoría y tal como las enuncio en mi libro, son:

  • La semiológica
  • La comunicacional propiamente dicha o interaccional

Para la dimensión semiológica me baso en el aviso como tal, me ciño a sus propios límites y contenidos.

Para la dimensión comunicacional propiamente dicha o interaccional tomo en cuenta los comentarios publicados por una nutrida audiencia.

Aclaro que ambas dimensiones en el análisis las expondré articuladamente, integralmente, para no causar tedio.

Téngase en cuenta que un primer requisito metodológico, epistemológicamente imprescindible, para un análisis comunicológico es el de tomar en consideración un corpus.

Un corpus es una muestra de avisos publicitarios de la marca en cuestión y de su competencia. Este corpus está tácitamente incluido en el análisis ya que para el mismo tengo en cuenta un vasto número de comerciales de las distintas marcas de automóviles, de la actualidad y de décadas, sobradamente estudiados gracias a mis investigaciones. No detallo acá sobre todo eso para no abrumar y sí para ir al punto.

Un segundo requisito es el relevamiento de opiniones de la audiencia, idealmente por medio de las reuniones (o grupos) de indagación operativa, entrevistas en profundidad y otras técnicas complementarias. En este caso, ese bagaje lo obtuve a través de lo publicado, debidamente pautado.

Un tercer requisito metodológico es de tener en cuenta lo que hace a la identidad marcaria, en este caso de Toyota. La identidad marcaria de Toyota, según mi producción, el Método Vincular, se basa en el Posicionamiento Vincular de la marca bajo análisis.

Por mis investigaciones cualitativas sobre las marcas líderes de automóviles para público en general (masivo), Toyota ocuparía alguno de los Posicionamientos Vinculares que se ubican en los cuadrantes correspondientes a la Primarización.  

Muy probablemente, el Posicionamiento Vincular de Toyota sea el Doméstico o el Dominancial.

 

Recomiendo especialmente para mayor comprensión de lo expuesto y de lo que expondré, la Parte V de mi libro antes citado en la cual me ocupo de la Comunicación.

Señalo brevemente, que un axioma del Método Vincular establece que la comunicación es inherente a una marca y lo que ésta cobija.

La publicidad corresponde a lo que bauticé como Comunicación Dirigida.

El Posicionamiento Vincular de una marca es el basamento para los Objetivos Comunicacionales específicos de la misma, los cuales se diferencian o deben diferenciarse de los de la competencia, siempre presente, inexorablemente presente.

A su vez, los objetivos comunicacionales específicos de cualquier marca se apoyan en los Objetivos Genéricos:

Dirección, vinculado, sobre todo, con el Posicionamiento Vincular de la marca,

Impacto, síntesis entre identificación y descentración (definición de mi autoría que implica que una acción comunicacional al mismo tiempo debe conjugar la adecuación al rubro de pertenencia de la marca -y también a su Posicionamiento Vincular - con la inclusión protagónica de lo disruptivo, de lo que descoloque por innovador),

Proyección, que es la aptitud de la pieza publicitaria para asegurar vigencia y alcance óptimos.

 

Consideraciones éticas

Me baso para este análisis en información de dominio público, en material que está al alcance tanto de especialistas como de público en general.

Toyota no es mi cliente y tampoco incluyo información confidencial que pueda deberse a mis servicios como profesional.

Por lo tanto, cumplo rigurosamente con el imperativo ético del secreto profesional.

Asimismo, aun cuando no estoy obligado a hacerlo por razones éticas ni legales, por premisas propias que asumo para publicaciones de esta índole, me atengo a la llamada “neutralidad valorativa” o al “principio de abstinencia” en cuanto corresponda.

Desde luego, el Método Vincular, en tanto una ciencia de lo humano, implica lo que se da en llamar “pensamiento crítico” o, si se prefiere, un abordaje que por ser justamente científico pone en cuestión, interroga, interpela y trae a la luz la complejidad que cualquier producción de cualquier índole contiene.

Acuerdo con el semiólogo Christian Metz en que la jerarquía y nivel de elaboración del conocimiento científico no está en consonancia con la jerarquía y nivel de elaboración que, arbitrariamente, se atribuya al objeto que se analiza.

Hay un prejuicio academicista, propio de culteranos, pero no de científicos, por el cual la ciencia se ocupa de objetos que, tendenciosamente, son de la mayor relevancia. Como, según ese prejuicio, un aviso publicitario se ubicaría en el campo de lo poco trascendente o banal, no merecería ser objeto de atención por parte de los científicos, en este caso, de los científicos de lo Humano.

Desestimo por completo tal prejuicio y afirmo el derecho y la obligación de la ciencia a ocuparse de toda acción y producción humana. Además, los avisos publicitarios son muy elocuentes acerca de lo real, de lo que sucede en las sociedades y, a menudo, más que los análisis eruditos o meramente especulativos.

Muy habitualmente, los avisos publicitarios tienen para la percepción consciente y para el conocimiento especializado, el valor que los sueños y lapsus tienen para el Psicoanálisis, tal como lo demostrara, respecto de estos últimos, fehacientemente Freud.

 

Análisis comunicológico del comercial “Desamor” de Toyota.

Si me basara únicamente en las opiniones que relevé de la audiencia, el comercial desata una suerte de posiciones antagónicas:

Una de ellas parece sustentarse en el “progresismo” o en el “feminismo”. Para esta posición, el comercial es “machista”, supone una descalificación de la mujer.

La otra posición se fundamentaría en una perspectiva de reivindicación de la masculinidad y de manifiesta oposición al “pensamiento progre”.

Traducido en términos del Método Vincular, la primera posición correspondería al Posicionamiento Doméstico y la segunda al Dominancial (o quizá, según cómo se pudiera profundizar con elementos suficientes, al Hedonista).

Si se consideran algunos datos básicos para conjeturar sobre el Posicionamiento de la marca Toyota, podría suponerse que ocupa, históricamente, el Posicionamiento Doméstico.

Entre esos datos básicos, se destacan:

  • Su origen como empresa familiar del sector textil, “los telares”
  • Su gama de productos, particularmente automóviles, preferentemente pensados para la familia (más allá de que, como cualquier marca líder, tiene modelos para satisfacer a diferentes segmentos de clientes y usuarios).
  • Su publicidad tradicional, en la cual justamente se destaca el uso familiar; por ejemplo, el Etios fue lanzado enfatizando tal uso.
  • Su nombre de marca, basado en el apellido de la familia fundadora, y alterado para significar “felicidad” (el apellido de tal familia es Toyoda y, el reemplazo de la letra (fonema) “t” por la “d” se puede entender como propio de ese significado).

 

También podría suponerse que hay razones para ubicarla en el Dominancial, sobre todo si se hace hincapié en estos datos:

  • Su procedencia, Japón, país potencia e incluso, históricamente, imperial
  • Gama de vehículos destinados al alto rendimiento y exigencia, como su modelo Hilux
  • Espectro de avisos que reflejan la potencia de algunos de sus modelos
  • También el nombre de marca que podría vincularse a “fortuna” o “suerte”, atendiendo a la sustitución de fonemas en el original japonés.

 

Se abre así un interrogante que tiene un nexo intrínseco con el comercial “Desamor”:

¿Qué Posicionamiento Vincular ocupa Toyota?

¿El Doméstico o el Dominancial? Tampoco pueden descartarse totalmente los otros propios de la Primarización: el Mágico y el Hedonista.

De acuerdo a lo expuesto en el ítem anterior sobre los Objetivos Comunicacionales y la dependencia intrínseca de éstos del Posicionamiento Vincular propio de una marca, ese interrogante es clave.

Si el aviso se inscribe en el Posicionamiento Vincular de la marca, tiene probabilidades de éxito. Si ese requisito no se cumple puede suceder que no alcance el objetivo que la Gerencia y la Agencia de publicidad se hayan propuesto: sería, por ejemplo, el caso de la dificultad para asociar la marca con el aviso.

Como muy bien saben direcciones, gerencias y publicitarios experimentados un aviso puede alcanzar gran repercusión y recordación, pero desbordar a la marca, inhibiendo la exitosa vinculación de la misma con dicho aviso.

Tanto las reacciones negativas como valorativas de la audiencia reflejan un equívoco en la interpretación del mensaje.

Es decir, tanto para quienes lo consideran “machista” como para quienes lo valoran por reivindicar la masculinidad, incurren en una lectura basada en una sustitución parcial o insuficiente, por la cual el automóvil, como potenciador de la masculinidad, sustituiría a la mujer, la cual sería desvalorizada y reducida a la cosificación, como si fuera un objeto que se puede reemplazar por un bien material.

Todo signo incluye la operación de sustituir, todo signo es sustitución. Todo signo y, por lo tanto, los dos términos que entran en relación en el signo: significante y significado (desde Saussure hasta hoy, más allá de que hubo variaciones y evolución en qué entender por signo, evolución a la cual, este autor a través del Método Vincular contribuyó).

Toda la primera parte del comercial, desde la fallida declaración del protagonista masculino, hasta la confesión de la mujer, constituye una puesta en escena del Posicionamiento Doméstico.

El Posicionamiento Doméstico, como cualquier Posicionamiento Vincular, cuenta con una descripción de alta complejidad que implica una notoria extensión (remito al libro de mi autoría citado y a publicaciones en rubenrojasbreu.blogspot.com y en medios especializados, cursos y seminarios, etc.).

Subrayo acá lo que respecto de ese Posicionamiento es más patente en el aviso.

El matrimonio, las condiciones deseables para una declaración de amor, lo romántico, la valoración de lo inmaterial llegando incluso al rechazo por el dinero o la riqueza, son propios del Posicionamiento Doméstico. Son propios en cuanto hacen a la identidad del mismo, a su núcleo. En tal posicionamiento se da el liderazgo materno, se prioriza el hogar y la mujer es considerada, sobre todo, como la proveedora de afecto y madre nutricia, alimentadora.

El Posicionamiento Doméstico se asienta en el vínculo entre

  • el segmento de la demanda que aspira a consumar el mandato matriarcal
  • y el segmento de oferta que promueve valores como el deber ser de los valores inmateriales o espirituales, las condiciones para el disfrute hogareño (por ejemplo, un automóvil más confortable, protector y seguro que potente y competitivo).

La Vida como tal es el valor por excelencia del Posicionamiento Doméstico.

 

En cambio, el Posicionamiento Dominancial se afirma en el vínculo entre

  • el segmento de demanda que aspira a dominar, a hacer prevalecer la masculinidad sobre la base del mandato patriarcal, a competir exitosamente afrontando desafíos
  • y el segmento de oferta que brinda servicios y productos que se destacan por su alto rendimiento, la acción enérgica, la fuerza, la competitividad, la ostentación (por ejemplo, el automóvil con pique, capaz de altas velocidades, de circular airosamente por los terrenos más escabrosos o dificultosos).

La Potencia es el valor que identifica al Posicionamiento Dominancial.

No hay elementos suficientemente elocuentes en la identidad de la marca Toyota, ni tampoco en este aviso, que permitan asociarlo con suficiente asidero ni con el Posicionamiento Hedonista (salvo la escena de la fiesta en el departamento, la cual se abre a muy diversos significados tomada aisladamente) ni al Mágico (salvo por el pasaje, a la manera de milagro de hada, gracias a las 84 cuotas, por el cual el joven desairado y “perdedor” pasa a poseedor de un automóvil de su elección).

En la primera parte del comercial, vemos a un joven frustrado consigo mismo, desvalido, que trasunta ingenuidad y vacilante, algo tímido, como impotente frente a una figura femenina que surge como dominante y candidata, supuestamente, a ejercer el liderazgo matriarcal.

El joven es algo así como el hijo soñado que satisface el deseo de la madre y la mujer como la que contrasta con la madre idealizada, ya que, en vez de cobijar, nutrir y proteger, rechaza.

Finalmente, cuando responde con firmeza y desdén a la confesión de desenamoramiento de quien deja de ser su novia, surge la posibilidad de la revancha.

Nuevo interrogante: ¿retorna a la madre idealizada o reivindica activamente la masculinidad?

Un segmento de la audiencia, como ya anticipé, supone lo segundo: se erige en triunfador ante el desaire la protagonista.

En cambio, para otro segmento de la audiencia, el joven reemplaza por un bien material a su ex novia, con la consiguiente denigración de ésta lo cual, por tratarse de un aviso, se traslada automáticamente a denigración del género.

Aplicando el Método Vincular no hay mera sustitución de la mujer por el automóvil.

Hay sustitución de un vínculo por otro, lo cual es expresado en la placa de cierre: “un plan distinto”.

El aviso propone la sustitución exitosa de un vínculo potencial, el conyugal y, por lo tanto, el de la relación romántica e institucional de mujer y varón por el vínculo entre el joven y un automóvil, mediado por el plan de las 84 cuotas.

Dicho de otra manera, un plan inicial, casarse, es sustituido por el que permite acceder a un automóvil de la marca Toyota.

De tal manera, a través del aviso, la marca promete el pasaje de frustrado a exitoso, de una supuesta atadura a la libertad de circular, de un lugar de impotente a la potencia.

La transformación entre la primera y la segunda parte del aviso se verifica en, son triunfal incluido en el audio musical,:

  • el cambio de situación, de lo frustrante a lo gratificante,
  • el cambio de ambientes, al pasar de los lugares cerrados de las distintas secuencias (desde el restaurante hasta la puerta del departamento) al concesionario y la calle al mando del automóvil,
  • el paso de lo claroscuro a la iluminación a giorno.

 

Podría ser engañoso suponer que Toyota está proponiendo un contraste entre Posicionamientos; por ejemplo, antagonismo entre el Posicionamiento Doméstico y el Dominancial (que generalmente son, justamente, antagónicos).

Es probable que Toyota ocupe el Posicionamiento Doméstico y este aviso lo ratifique en el mismo, ya que finalmente podría decirse que le propone al destinatario cambiar el plan de casarse por el de retornar a la madre idealizada.

Al fin y al cabo, el automóvil se desplaza en la secuencia final en el territorio protegido urbano, un territorio que no plantea desafíos a la manera de caminos de montañas, valles, precipicios, pendientes, suelos hostiles, pedregosos, anegados, etc.

Toyota se ofrece como el “ayudante” benefactor del “héroe”, inicialmente desvalido, para satisfacer su “deseo” de gratificación con el cual a su vez dar, metafóricamente, el gusto a la madre idealizada. La ex novia era el agente “opositor”, el obstáculo; más precisamente tal obstáculo estaba dado por el plan de contraer matrimonio.

De tal manera, no hay sustitución simple y llana de mujer por automóvil, sino de un plan, matrimonial, por el “distinto” que lleva al de poseedor feliz.

 

Conclusión

A menudo un abordaje científico, epistemológicamente sustentable, arriba a un interrogante.

No siempre un análisis basado en sustentos científicos llega a una afirmación o una tesis irrefutable o firme.

Éste es el caso, el caso en el que llegamos a un interrogante en estos términos:

¿Cuál es el Posicionamiento Vincular de la marca Toyota?

Responder ese interrogante requiere de una investigación cualitativa de alta complejidad aplicando el Método Vincular.

 

Rubén Rojas Breu

Setiembre 24 de 2020

 

 

 

 

 

 

 

 

jueves, 14 de mayo de 2020

LA MATEADA, LA PROSCRIPTA POR LA PANDEMIA





Rubén Rojas Breu

LA MATEADA,
LA PROSCRIPTA POR LA PANDEMIA
Análisis que incluye la aplicación del Método Vincular


Advertencia

Adhiero por completo a la decisión de implantar la cuarentena, así como a la totalidad de las medidas profilácticas para la prevención de la infectocontagiosa Covid-19 causada por el coronavirus SARS-Cov-2.

Por lo tanto, apoyo la indicación de NO compartir el consumo de mate, de evitar las mateadas.

El título y desarrollo de esta nota tienen por objeto significar la mateada, el matear, el mate como propio de nuestra cultura, de nuestra identidad nacional y regional, aprovechando que, precisamente, por obra de la pandemia ese tema, ese ritual, esa costumbre, esa clave de nuestra cultura, se actualizó, se puso sobre el tapete. 

Así que mi intención de significar la mateada no implica en absoluto objetar su contraindicación ya que evitar el consumo compartido de mate es una medida de prevención tan imprescindible como el lavado de manos, el uso de barbijos y el distanciamiento intercorporal. 

Mi siguiente análisis se basa en las investigaciones que en mi rol de científico de lo Humano he llevado a cabo sobre la cuestión, incluyendo el estudio en profundidad de valiosas fuentes.


Consideración previa

En este artículo me voy a abocar a una modalidad de consumo de la yerba mate o del mate a secas: la mateada.

Tal modalidad consiste en que quienes “matean” conforman un colectivo, se reúnen para compartir el mate en el recipiente justamente llamado “mate”, pequeña calabaza o porongo, relleno con la yerba mate, la cual es regada con agua caliente (o fría en el caso del “tereré”) y la infusión, así preparada, es sorbida a través de la bombilla. 

La mateada es propia de la Argentina, el Uruguay y el Paraguay, país éste que en 2017 organizó la “mateada más grande del mundo”.

A modo de introducción entre pintoresca e ilustrativa, a continuación, transcribo versos del Martín Fierro incluidos en distintos tramos del poema nacional argentino.



Martín Fierro y la mateada

“Y sentao junto al jogón
a esperar que venga el día,
al cimarrón se prendía
hasta ponerse rechoncho,
mientras su china dormía
tapadita con su poncho.”
………………


“El mate no se permite,
no le permiten hablar,
no le permiten cantar
para aliviar su dolor,
y hasta el terrible rigor
de no dejarlo fumar.”
………..

“Cuando mozo fue casao,
aunque yo lo desconfío;
y decía un amigo mío
que, de arrebato y malo,
mató a su mujer de un palo
porque le dio un mate frío.”
…………….

“Y qué costumbre tenía
cuando en el jogón estaba!
Con el mate se agarraba
estando los piones juntos.
Yo tallo, decía y apunto,
y a ninguno convidaba.”
………….
“Me puse al contar mis penas,
más colorao que un tomate,
y se me añudó el gaznate
cuando dijo el ermitaño:
“Hermano, le han hecho daño,
y se lo han hecho en un mate.”
………..

“Una tarde que me hallaba
de visita... vino el Ñato;
y para darle un mal rato
dije juerte: `Ña... To-ribia,
No cebe con el agua tibia´.
Y me la entendió el mulato.”

Era él todo en el juzgao,
y como que se achocó,
ahí nomás me contestó:
´cuanto el caso se presiente
te he de hacer tomar caliente
y has de saber quién soy yo´.”
……..

“Yo no soy cantor ladino
y mi habilidá es muy poca;
más cuando cantar me toca,
me defiendo en el combate;
porque soy como los mates:
sirvo si me abren la boca”.

Sin pretensión de exhaustividad, cabe observar en estos versos ciertas constantes, ciertas características, vinculadas con el mate, el matear, la mateada. 

Aun cuando el mate se tome a solas, se lo hace en estado de virtual compañía, ya que su consumo se define e instaura a partir de la mateada como algo compartido, como algo propio de la ronda de los participantes. De tal manera, el mate consumido a solas incluye la compañía virtual de los otros; de ahí que se diga por parte de los habituales consumidores que “el mate es una compañía”. 

Mate, mateada y ronda de materos son un indivisible, una asociación inherente al consumo. 

Así que cuando el gaucho tomaba el mate, también llamado “cimarrón” cuando se consume amargo, a solas “mientras la china dormía” se sentía en ilusoriamente acompañado. 

Es interesante observar que “cimarrón” es también un vocablo que se aplica o aplicaba al animal salvaje, sobre todo al caballo no domado que vive a sus anchas en los campos o a las especies en general que crecen naturalmente, sin intervención humana. 

Por lo tanto, el mate amargo o “cimarrón” queda del lado de la Naturaleza, la cual se asocia a lo genuino, a lo que crece en estado de pureza libre de la “contaminación” humana. 

Así el “cimarrón” retoriza al gaucho, por la concurrencia de la metaforización y de la metonimización: el gaucho es indomable y vive pegado a la Naturaleza, sobre todo según la versión de Sarmiento, quien opone barbarie/Naturaleza a civilización/”Cultura”, versión eurocéntrica, de neto corte colonialista por supuesto.

A esa metáfora se suma la construcción metonímica en la medida que el mate forma parte del espacio del gaucho, está como acoplado a él, es contiguo. 

La prohibición del mate, aludida en versos siguientes, es vivida como un castigo que simboliza la inhabilitación para compartir. 

Más adelante me referiré al porqué de esta aseveración, la cual encuentra su raíz en la ronda matera. 

Aunque en la tradición hay cierta asociación del consumo del mate con el machismo, en rigor tal asociación se deriva de su ligazón con el gaucho, ya que no hay un nexo intrínseco entre lo masculino o viril y dicho consumo. 

El consumo de mate, el matear, en su estructuración incluye una suerte de lenguaje, con su relación entre signos, entre significantes y significados. El “mate frío” en el sistema sémico propio del matear quiere decir “desprecio”. Los versos alusivos a tal modo de servir el mate reflejan como una motivación del feminicida el de sentirse, aún injustificadamente, objeto de desprecio. 

No convidar el mate es como un acto de traición, es desconocer la propiedad por excelencia inherente al matear: que se comparte. Quien no convida, ignora al otro no tanto como otro sino como una extensión de sí, como una parte del “cuerpo-mano-boca” único que la ronda simboliza. 

El matear, y la propia bebida “mate”, contiene intrínsecamente a lo mágico, por lo cual un hechizo, el gualicho, es factible sea para enamorar, sea para dañar -como narran estos versos -.  

En la escala que el lenguaje del mate instaura por la cual en un extremo el frío expresa “desprecio” y el caliente “amor o calentura”, el tibio indica una neutralidad a la que se repele, un “ni chicha ni limonada”. Mientras el mate frío o el mate caliente representan un sentimiento hacia quien se lo brinda, el tibio alude la falta de compromiso por parte del cebador. 

El Ñato, a la advertencia prejuiciosa de su interlocutor, responde con la amenaza de mate caliente, entendido en este caso como lo contrario de su significado de origen. Como ya dijimos, mate caliente significa incluso “muero de amor por vos”, mientras que acá el personaje del Ñato le da un sentido opuesto, de desamor llevado al punto de castigo, de agresión física, de extrema hostilidad. 

Cierran los versos con una curiosa y simultáneamente singularidad del mate, del matear: 

  • lo plural, ya que un solo mate no es matear; cualquier cebador se frustra cuando con quien comparte se conforma con un único “matecito”,
  • la peculiar asociación con la boca; peculiar asociación ya que como se verá más adelante, la boca que toma mate no es la misma, simbólicamente claro está, por la que se incorporan otras bebidas o la comida. 

Sobre la yerba mate

La yerba mate, cuyo nombre científico es ilex paraguariensis, es un árbol nativo de la Selva Paranaense. Su cultivo es propio de una región que comprende el Noreste argentino (Misiones y nordeste de Corrientes), el Este de Paraguay y el Sureste de Brasil.

Una característica que la hace intrínsecamente “mágica” es que no crece en ninguna otra área del planeta, pese a intentos que se han hecho para cultivarla en otras regiones. El suelo rojo profundo, arcilloso, parece ser el determinante.  

Digo intrínsecamente “mágica” porque por diversas razones el consumo de yerba mate, desde su origen, se asocia a origen mítico y propiedades milagrosas y, particularmente, la mateada es toda una costumbre revestida de mística. 

Los conquistadores aprendieron de los guaraníes el uso de la yerba mate. Este pueblo originario la llamaba “caá” y era muy utilizada por los hechiceros para entrar en un trance que les permitía comunicarse con los “Añá”, los espíritus de los muertos. 

Los europeos se sorprendían a causa de cómo las hojas de la yerba mate eran usadas por los brujos vernáculos para la adivinación y también para la acción terapéutica y para la alimentación, basándose en sus propiedades tónico-estimulantes.

Distintas leyendas dan cuenta imaginaria del origen de la yerba mate, algunas basadas en los cultos religiosos de los guaraníes y otras en los católicos, incluyendo al mismo Dios y San Pedro “en persona” como sus creadores. En esas leyendas se destaca la femineidad, ya que de una u otra manera es una adolescente o doncella originaria la que transmuta en la prodigiosa planta. 

Como ya mencioné, la yerba mate, la ilex paraguariensis, es un árbol y, por lo tanto, no se trata de una hierba o “yerba”. El error de denominación se atribuye a los conquistadores españoles, quienes conocieron las hojas de la planta antes que el árbol. 

La yerba mate ha sido, y es, objeto de ambivalencia. Para los aborígenes, antes de la Conquista y aún mucho después de producida ésta, era infusión mágica, plena de virtudes, y panacea. Para los conquistadores prejuiciosos, su consumo era considerado un vicio y la yerba un engendro del demonio.

Ciertamente al mate se le han atribuido y atribuyen cualidades y funciones de lo más variadas y todas ellas virtuosas: energizante, digestivo, estimulante cardíaco, diurético, cicatrizante, favorecedor del peristaltismo intestinal, fuente de vitamina C, afrodisíaco, etc. 

Vale agregar las que señala Oberti: 

“Sus propiedades son semejantes a las que conceden las fuerzas morales, creando en cada tomador un estado psicológico especial, no ya una fuerza física, sino un poderoso estímulo que alienta, que impulsa, que sostiene, que renueva por el gusto con que se sorbe, por el hervor que insufla, por la amplia simpatía que inspira el misterio de su infusión”. 

Tener en cuenta estas atribuciones es importante para comprender la aplicación del Método Vincular al consumo del mate, el matear, la mateada.


Los yerbatales, un infierno para trabajadores

Los yerbatales se encuentran dentro de la categoría de plantaciones en las que, desde la llegada de los conquistadores, constituyen un auténtico infierno en la Tierra para trabajadoras y trabajadores.

Son territorios en los que la explotación inhumana alcanza el mayor grado por las condiciones laborales, la precariedad, la paga paupérrima, la dependencia extrema de los patrones quienes se aprovechan de los trabajadores no sólo en la tarea llevada a cabo de sol a sol sino también apropiándose de toda su vida, de sus consumos, de sus hábitats. 

Si bien esas condiciones, la situación de los trabajadores mejoró sustancialmente durante los gobiernos del peronismo fundacional, gobiernos de Perón del 46 al 55, los patrones volvieron a la carga y aún hoy el estado de cosas es muy ominoso para los aquéllos. Hasta se han dado recientemente denuncias por accidentes de trabajo y por la explotación de niños. 

La prodigiosa canción folklórica “El mensú”, de Ramón Ayala y José Cidade, es muy elocuente desde sus versos iniciales:

“Selva, noche, luna
pena en el yerbal.
El silencio vibra en la soledad
y el latir del monte quiebra la quietud
con el canto triste del pobre mensú”.

También es una magnífica descripción la de la novela “El río oscuro” de Alfredo Varela, llevada al cine en 1952 por Hugo del Carril con el título “Las aguas bajan turbias”.

Al respecto, vale rastrear cómo del Carril encaró la película, las negociaciones con Perón, la circunstancia de que Varela era dirigente comunista y por entonces preso político, etc. Aquí sólo señalo que Perón permitió la realización del filme con la condición de que quedara claro que su relato correspondía a la época anterior a la de su gobierno.

Ya en 1939, dirigida por Mario Soffici, se había estrenado la película “Prisioneros de la tierra” en la que se describe la esclavización de los trabajadores de los yerbatales. La película se basa en maravillosos y muy ilustrativos cuentos de Horacio Quiroga, proverbial escritor uruguayo y habitante lúcido de nuestra selva misionera.


Apuntes históricos 

Ya en el siglo XIX en la aristocracia criolla se consumía el mate, tanto en celebraciones y fiestas como en velorios. También a lo largo del día, incluso siguiendo una rutina horaria: desayuno, colación de media mañana, post-almuerzo, merienda, cena y post-cena. 

También el mate en esas élites, así como en otros sectores de la población, era un recurso para la seducción. Muchos noviazgos se iniciaban entre mate y mate.
Ya sobre el final del siglo XIX y comienzos del XX el mate es adoptado por inmigrantes. Etnias distintas aportan al mate ingredientes y rituales que portan de sus culturas de origen. Lo adoptan con sus particularidades los españoles, italianos y europeos de otras nacionalidades.

Una particularidad es el “prokusky” creado por los colonos judíos de nuestro litoral. 



“Al forastero el pampeano
ofreció la tierra feraz,
el gaucho de broncínea faz
encendió su fogón hermano
y fue el mate de mano en mano
como el calumet de la paz”.

Lo cierto, es que, desde hace siglos, y, sobre todo, ya en los siglos XIX y XX, continuándose en el actual, el mate, el matear, la mateada, se enraízan profundamente en nuestra población.

Con el paso del tiempo, deviene una costumbre enteramente popular, mientras que las élites, deshaciéndose de su pasado decimonónico, abjuran de él, pasando a suscribir las opiniones peyorativas de los extranjeros, particularmente los anglosajones. 

Para los extranjeros no integrados a nuestra cultura, con los anglosajones itinerantes a la cabeza, el mate y la mateada eran consumos que les causaban repugnancia, sobre todo porque se comparte la bombilla. 

Lo piensan asimismo como conducta viciosa, como si se tratara de una perversión, de una parafilia patológica. 

También la infusión les parecía, y parece, un brebaje de baja calidad, rayano en lo nauseabundo y opuesto por antonomasia al té y ni qué hablar si lo comparan con el preciado té de Ceilán, la isla llamada “la lágrima de la India”.

Tales extranjeros adhieren o avalan la tesis sarmientina que opone civilización a barbarie, ubicándose a sí mismos del lado de la primera y asociándonos con la segunda: matear cae en la redada, nos hace presas del atraso, según ellos.



Sobre la mateada

La mateada, tan naturalizada para argentinas y argentinos y rioplatenses en general, es, sin embargo, una usanza, una práctica, de gran complejidad.

Es toda una puesta en escena que conjuga compañía, afecto, cercanía espiritual, placer, amistad, paz, relajación, libertad, confianza incondicional con quienes se comparte.

Esa puesta en escena articula la preparación tanto del agua como de la particular infusión, la pava y/o el termo, la yerba – desde luego -, el recipiente mate, calabacita o porongo, la bombilla y, fundamentalmente, la ronda. Esa articulación supone una compleja organización con sus fines, sus roles y su sistema normativo.

La preparación del agua y de la infusión se ajusta a reglas, que varían de comunidad a comunidad, de grupos a grupos, de familias a familias, de cebadores a cebadores.

Casi podría decirse que esa preparación es la propia de cada cebador y de los grupos con los que acostumbra compartir. 

No importa detallar todo el espectro de reglas lo cual sería abrumador y, aún así, insuficiente. Lo que vale considerar es que siempre tiene sus reglas. 

Cada cebador, si es indagado o examinado, da cuenta de sus criterios y modalidades de preparación y servido.

Una característica definitoria de la mateada es sin duda la ronda

La ronda es el acto de compartir el mate, es la médula de la mateada.

La ronda por la cual los mateadores consumen implica manifiestamente que el mate, a partir del cebador, pasa de mano en mano.

Profundizando, poniendo de manifiesto lo latente o lo subyacente, la ronda supone simultáneamente:

  • Un cuerpo-boca-mano que es un uno; es decir, quienes matean conforman una persona, son todos ellos una sola persona y por lo tanto son partes de un único cuerpo, tienen una sola boca y cada mano es la extensión de su equivalente. Por eso, la higiene pensada desde el observador foráneo y prejuicioso, no tiene cabida en la mateada. El matero no siente que la bombilla pasó por otra boca.
  • Se da la participación en su acepción antropológica: cada tomador de mate es una parte de un cuerpo-boca-mano que es un uno, es un uno mismo.
La ronda se arma sobre la base de dos roles básicos: el de cebador y el de tomador. El que ceba asume ambos roles.

El cebador es el líder de una peculiar organización: la ronda del mate. Es el que prepara la infusión en todos sus pasos y el que sirve, siguiendo el turno, el mate a cada tomador. El tomador deja hacer al cebador, una suerte de figura indiscutida.

Los fines de la ronda del mate, en lo manifiesto, es compartir el momento tomando esa bebida a la que se le puede atribuir las variadas propiedades ya comentadas. Es una costumbre que propicia la compañía, sentirse acompañado.

A tal punto está arraigada esa convicción, cala a tal punto en lo inconsciente mismo, que quien toma mate a solas se siente acompañado, como si llevara en sí mismo, ilusoria o virtualmente, la ronda. Al mismo tiempo es cebador y tomador, desdoblándose y completando así el circuito satisfactorio como si participara de una ronda real.

No puede dejar de traerse a colación a Freud: de alguna manera la acepción antropológica de “participación” guarda similitud con la de “identificación”.

Parafraseando al Freud de Psicología de las masas y análisis del yo, “todos somos uno en el mate”, casi como el “todos somos en Cristo” de los creyentes. 

En esa ronda el cebador, como líder, representa al Ideal del Yo por el cual los tomadores renuncian al propio Ideal, admiten que el cebador lo suplante y todos se identifican entre sí a partir de ese lazo común que el cebador instaura, instaura sobre la base de la mateada como lugar en el que se disipan las diferencias, en el que se esfuman los cuerpos-bocas-manos distintos. 

La acientífica y caduca noción de “individuo” en la mateada carece de todo sustento y viabilidad. 

De tal manera, a los fines manifiestos del compartir y beber algo revitalizante, les subyacen lo de la versión antropológica de la “participación”, el liderazgo y la identificación, el sentirse componente de una única conjunción cuerpo-boca-manos lo cual implica el retorno de lo idealizado perdido que se remonta a la vida intrauterina, a la relación simbiótica más temprana con la madre, a la etapa vital en la cual no había distinción entre un yo y otro, entre un yo y un mundo externo, entre un yo y lo real. 

La succión, remembranza de la lactancia, juega un papel clave en el consumo del mate. Es la base material para que todo lo antedicho sea sustentable. 

La bombilla, que pasa de boca en boca al mismo tiempo que el mate de mano en mano, es lo visible, de la misma manera que los labios y la boca. Es decir, lo visible es el encuentro bombilla-labios, pero lo latente es la succión. 

La succión, tan propia del lactante, expresa el vínculo, expresa lo que pone en relación a la bombilla con los labios y es, de tal manera, sustitución, en la mateada, de la lactancia. 

En la mateada succionamos de una misma teta, en la mateada compartimos, ilusoriamente, una misma madre y de tal manera, la mateada nos hace hermanas y hermanos, la mateada hace desaparecer las diferencias generacionales, de género y sociales en general.

Ahí está la raíz última de la mateada: la de realizar la ilusión de tener una misma madre y, por esa vía, constituirnos en hermanas y hermanos incondicionales. 

En la mateada, el rechazo del mate es considerado un comportamiento anómalo, inaceptable, irrespetuoso, de mala educación.
Se comprende por todo lo expuesto: rechazar el mate significa no aceptar al otro como hermano y oponerse a compartir la madre imaginaria que hace posible la fraternidad incondicional.



Sobre la prevención a que obliga la pandemia

De tal manera, las medidas de prevención a las que fuerza la pandemia, en el caso de la proscripción o prohibición de la mateada, implican, inconscientemente, ser arrebatado de los brazos maternos e imposibilitar hermanarse. 

Tales medidas de prevención responden a una suerte de mandato superyoico que separa abruptamente, que aísla y segrega. 

Se requiere un esfuerzo descomunal para afrontar la tolerancia a tremenda frustración, necesaria frustración que, al mismo tiempo, para el matero es una exigencia sobrehumana.


Aplicación del MV

Con motivo de haber sido contratado tiempo atrás y durante años por una empresa líder del rubro de la alimentación, productora y comercializadora de yerba mate, investigué el consumo de mate, investigué los vínculos entre la demanda y la oferta de yerba mate, diagnostiqué en profundidad y acabadamente la segmentación de tales demanda y oferta, posicioné las marcas líderes tales como Taragüí, Nobleza Gaucha, Cruz de Malta y otras.

Para llevar a cabo tales investigaciones y para diseñar y recomendar estrategias comerciales y comunicacionales, apliqué mi creación, el Método Vincular.

Para la mayor comprensión de lo relativo a este punto, remito a mi libro Método Vincular. El valor de la estrategia, a diversas publicaciones ubicables y a artículos en rubenrojasbreu.blogspot.com

Todo lo expuesto en los puntos anteriores está sustentado en el Método Vincular, por lo cual este capítulo en particular tiene por finalidad precisar sólo algunos aspectos que hacen al análisis de alta complejidad que dicho Método supone.

El Posicionamiento Vincular matriz, el Posicionamiento Vincular del genérico mate / yerba mate, es el Doméstico.

Es decir, el mate, la yerba mate, el matear, la mateada, se inscriben en su génesis, en la intersección Primarización con dimensión Significado.

Todo lo expuesto, en donde me refiero a los mitos de origen, a la ronda, los fines explícitos y latentes del consumo, la succión y la “ilusión de la madre única” que deriva en cuerpo-boca-mano unificados y fraternidad incondicional, llevan a determinar ese Posicionamiento.

No obstante, considerando numerosas variables propias de una cuestión de la mayor complejidad, el mate o la mateada, pueden ubicarse en los distintos Posicionamientos Vinculares, según distintos segmentos de la demanda y de los oferentes, los cuales son interpretados y/u ocupados por las distintas marcas de yerba mate. 

Es decir, cada marca de yerba mate ocupa un específico Posicionamiento Vincular.

 Ya me referí a por qué el genérico ocupa el Doméstico, lo cual es capitalizado por una marca líder, con la que se superponen otras.

Veamos.

Si se considera que la ronda supone un cebador que puede llegar a ocupar una posición de dominio, que el mate es asociado a propiedades energizantes, que el mate amargo es fundamentalmente viril, una articulación demanda-oferta o una marca puede ocupar el PV Dominancial.

Si se tiene en cuenta que se le asigna al mate, desde tiempo inmemorial, el carácter de afrodisíaco y subyace la idea de que la ronda es un lugar de erotismo tácito, se puede determinar el PV Hedonista.

Si nos basamos en el origen mítico y la estrecha asociación con el pensamiento mágico, puede ocupar el Posicionamiento Vincular Mágico.

Si partimos del carácter de vehículo de integración, de una suerte de consumo que propicia la negociación madura, que articula salud con placer, Ley- Deseo, nos conduce al PV Constructivo.

Finalmente, si, también ateniéndonos a la articulación Ley-Deseo, evaluamos la capacidad del mate para propiciar modalidades de elaboración y consumo que suponen variaciones y de modo continuo la novedad, la incorporación de ingredientes y saborizadores, la apertura a ámbitos no estandarizados, estamos arribando al PV Creativo.

De tal manera, la yerba mate, el mate, el matear, la mateada se abre ilimitadamente al amplio espectro de Posicionamientos que el Método Vincular conceptualiza.


Fuentes bibliográficas

Freud, Sigmund (1976): Psicología de las masas y análisis del yo, Amorrortu, Bs. As.

Hernández, José (1982): Martín Fierro, Colihue, Buenos Aires.

Oberti, Federico (1979): Historia y folklore del mate, Fondo Nacional de las Artes, Bs. As.

Rojas Breu, Rubén (2002): Método Vincular. El valor de la estrategia

Rojas Breu, Rubén: Artículos en rubenrojasbreu.blogspot.com

Slavsky, Leonor y Ceresole, Gladis (1982): Historias de yerba y mate, CEAL, Bs. As.

Rubén Rojas Breu
Buenos Aires, mayo 14 de 2020