jueves, 14 de enero de 2021

PANDEMIA: adolescentes, endogamia y exogamia

 

 

Rubén Rojas Breu

PANDEMIA:

adolescentes, endogamia y exogamia

 

La pandemia está en pleno curso y el coronavirus SARS Cov 2, causante de la Covid 19, se propaga a la velocidad del rayo.

Estoy sumergido en la escritura de un artículo cuya finalidad es proponer criterios y pautas para una CAMPAÑA INTEGRAL DE PREVENCIÓN, habida cuenta de que no existe una campaña de tal índole; no sólo no la hay en la Argentina sino tampoco en otras latitudes.

El conjunto de avisos que forman parte de la serie Cuidadanía es ineficaz, grosero, carente de profesionalidad, de creatividad y de bases en las cuales sustentarse.

Son avisos que sirven para calmar a gobernantes y gestores haciéndoles sentir que algo están haciendo, sin importar ni cómo ni para para qué ni para quiénes.

Quienes aprueban estos avisos lo hacen porque ven en los mismos reflejadas sus ideas precarias de que todo radica en el contagio, olvidándose de la infección, y de que las sociedades se dividen en responsables socialmente conscientes e irresponsables “giles”, “nabos”, “marmotas”. Maniqueísmo puro, del peor estilo.

Quienes aprueban piensan como esos y esas antiguos y antiguas docentes ingleses e inglesas que usaban el puntero o la palmeta para disciplinar a niñas, niños y adolescentes o las monjas que castigaban con tormentos a alumnas y novicias sorprendidas en cuchicheos “pecaminosos”.

Como señalé más arriba, dado el avance de la pandemia y visto y considerando que gobiernos, expertos y referentes de toda índole no encuentran el camino, estoy escribiendo el artículo sobre cómo encarar una campaña integral de prevención.

Decidí hacer un alto en esa escritura para analizar una cuestión de fondo, una cuestión que ayuda a aspectos a tener en cuenta en tal campaña.

Este alto se debe a que, en la fecha, enero 14 de 2021, Página 12 publicó una columna de un psicoanalista en la que se hacen aseveraciones francamente inconsistentes que sólo suman más confusión a la ya reinante, agobiante y, por lo visto, irrefrenable.

Es como si estuviéramos en medio de un valle en cuyos alrededores, sobre cerros y sierras, se agolpan francotiradores que disparan sin ton ni son.

El columnista de P12 incurre en reduccionismo biologista, reduccionismo en el que el propio Freud cayó, aunque en su época estaba justificado y, más aún, contribuía a esclarecer acerca de los comportamientos humanos. Y vaya que contribuyó el creador del Psicoanálisis, una de la Ciencias de lo Humano que estudié y estudio, que practico y que aporta significativamente a mi creación, el Método Vincular.

El reduccionismo biologista consiste en señalar el componente hormonal como causa de la conducta de los cuerpos jóvenes, precisados -según este autor- de otros cuerpos para la descarga de tensiones provocadas por el surgimiento de la sexualidad (errónea opinión, y me atengo a Freud, ya que la sexualidad es constitutiva, viene con el nacimiento si no de antes; en la adolescencia lo que aflora con vigor es la genitalidad y, en mis términos, el erotismo que hace del cuerpo un territorio infinito de zonas erógenas).

Señala el autor que a eso se suma, y cita a Freud, que el adolescente necesita (¿necesita? Los humanos no necesitamos, deseamos); retomo, “el adolescente necesita concretar el desasimiento de los objetos incestuosos”: padres y demás familiares. Yo diferenciaría madre / padre y así con los distintos parientes.

Y sigue: “por lo cual se le hace urgente cumplir con el mandato exogámico cuya más clara traducción consiste en salir; generar nuevos vínculos; presentarse en sociedad.”

El artículo es relativamente extenso y, aunque hace una valorable reivindicación de los adolescentes y jóvenes, consiste en una mezcla un tanto desordenada de enfoques, lo cual redunda en yuxtaposiciones de marcos referenciales sin una clara ilación conceptual.

No es de interés acá hacer una crítica del artículo que, al fin de cuentas, es uno más.

Si lo traigo a colación, parcialmente, es para centrarme en algo que habitualmente es materia de confusión, de falta de suficiente conceptualización.

Si queremos encarar campañas de prevención eficaces hay nociones que cabe desterrar en la medida que se vuelven obstáculos epistemológicos, prejuicios, creencias que inhiben o le ponen una valla al conocimiento científico.

Téngase en cuenta que todo cuanto escribo y publico se basa en numerosas investigaciones sociales, investigaciones sobre los comportamientos colectivos, y aplicando mi creación, el Método Vincular y otros desarrollos teóricos de mi autoría.

Una cuestión central a dilucidar es la dialéctica endogamia-exogamia.

Según incluyo en mis conceptualizaciones del Método Vincular, la oposición y tensión entre Primarización y Secundarización se asocian, respectivamente, a las configuraciones endogámicas y las configuraciones exogámicas.

Primarización versus Secundarización y, por lo tanto, endogamia versus exogamia no son localizables, no están inexorablemente asentadas en diferentes ámbitos, tipos de organizaciones, territorios.

Para conocer científicamente hay que superar la tentación de relacionar, rígida o estereotipadamente, un concreto, tal como una organización o un ámbito, con un concepto.

Primarización / Secundarización y, por ende, endogamia /exogamia son pares de conceptos.

Toda organización es un concreto y, como tal, según Hegel y Marx son síntesis de múltiples determinaciones. De esas múltiples determinaciones se ocupan los conceptos, los cuales, a su vez, cuando refieren a un mismo objeto, articulándose conforman una teoría (o las teorías).

Toda organización se encuentra en permanente tensión entre la Primarización y la Secundarización, entre las tendencias a la configuración endogámica y a la configuración exogámica.

En consecuencia, la familia no es estrictamente una configuración endogámica de la cual el adolescente sale en busca de responder al mandato exogámico. La familia, como toda organización, es simultáneamente endogámica y exogámica, en una combinación que varía de familia a familia.

El adolescente no sale de la familia como si ésta fuera únicamente endogámica o territorio de la Primarización para pasar a un afuera en el que se encuentran las otras y los otros adolescentes formando parte de un supuesto “espacio exogámico”.

La familia es una organización, así como lo son los grupos de pertenencia extrahogareños de los adolescentes, los grupos de pares, las barras, la pareja, amigas y amigos. También niñas y niños salen constantemente del hogar, por ejemplo, para concurrir a jardines y escuelas, lugares de recreación, consultorios e instituciones de la salud, fiestas de cumpleaños, pijamadas, etc.

Deambulamos, activamente, de organización en organización y así les pasa también, obviamente, a los y las adolescentes. Circulan entre diferentes organizaciones tales como grupo de amigos, barra, el colegio, el club, el barrio, la villa, la disco, etc.

La Primarización se asocia con las configuraciones endogámicas y de tal manera con el predominio de la identificación, la cual borra, en su versión extrema y más clara para conceptualizar, la distancia yo-no yo y, por lo tanto, anula la diferenciación yo-otro-otros-lo otro.

La Secundarización se vincula con las configuraciones exogámicas y así con la prevalencia de la diferenciación entre el yo y el no yo, entre el uno y el otro, entre el yo, el otro, los otros y lo otro.

Más aún, la Primarización y la Secundarización coexisten y se oponen en el seno de lo intrapersonal, en lo intrapsíquico, en lo social y lo cultural interiorizado. Esto supone que también coexisten oponiéndose y articulándose la configuración endogámica y la exogámica.

El adolescente, entonces, sale de espacios u organizaciones que están inmersas en la tensión endogamia-exogamia a espacios u organizaciones insertas en esa misma tensión. No parte de una organización endogámica, la familia, para pasar a espacios exogámicos, sino que transita de aquélla -endogámica y exogámica al mismo tiempo – a grupos también simultáneamente endogámicos y exogámicos.

El adolescente es atraído por los grupos de pares en el seno de los cuales desarrollará lazos que lo llevan a interactuar erótica u hostilmente, solidaria o competitivamente, todo lo cual está intrínsecamente relacionado.

¿En dónde radica la complicación?

¿Cuál es una de las determinaciones de que adolescentes, jóvenes y también adultos de las distintas edades incurran en comportamientos que llevan al contagio, a la propagación del virus?

Una de las causas principales de tales comportamientos está dada por el predominio de la Primarización y de las tendencias endogámicas sobre la Secundarización y las tendencias exogámicas.

Eso puede suceder y sucede en las familias al igual que en otras organizaciones de todo el espectro (laborales, educativas, recreativas, grupos de amigos y demás).

Si priman las tendencias endogámicas (contenidas en la Primarización), se obtura la posibilidad de diferenciar al uno del otro y de lo otro.

Al darse tal primacía se hace imposible reconocer que el cercano, el incondicional, el querido o amado, querida o amada, o sea el familiar, la pareja, el amigo, la amiga, el compañero, la compañera pueda ser agente de enfermedad, pueda ser portador de lo que dañe, el huésped del temido virus.

Es como s¡, al predominar la endogamia, la persona preguntara o se preguntara: ¿cómo mi hijo o mi hija, mi nieto o mi nieta, mi padre o mi madre, mi abuela o mi abuelo, mi prima o mi primo van a contagiarme si son carne de mi carne, si son lo mismo que yo, si ellas y ellos son yo y yo soy ellas y ellos?

Igual acontece en el afuera del hogar, en los grupos de pertenencia, de pares, en la barra, en las parejas cuando predomina la Primarización y, por lo tanto, la tendencia endogámica: ¿cómo me va a contagiar mi amiga, mi amigo, mi pareja, mi compañera, mi compañero si “somos Uno”?

Por lo tanto, para superar esa complicación, ese tipo de comportamientos que propagan el coronavirus y propician el contagio, se requiere hacer el pasaje, en gran medida penoso, de asumir la Secundarización y la exogamia en el seno de las organizaciones (o grupos) de los que se forma parte íntimamente, incondicionalmente.

Significa reconocer condicionalidad en ámbitos en los que se supone sólo hay incondicionalidad.

Significa aceptar que el familiar, empezando por madre, padre, hija e hijo, son personas diferentes y que lo mismo acontece con otros parientes, con amigos, con pares, con compañeros.

El adolescente no busca el espacio extrahogareño por el simple mandato exogámico, mandato que rige también para el propio hogar.

El adolescente es atraído y se incluye activamente en el fuera del hogar para hacer el pasaje que lleva de la familia de origen, familia de su crianza, a la familia fundada, familia en la que se va a hacer cargo de criar. 

Significa el paso de lo filial a lo parental, el pasaje de hija o hijo a madre o padre.Y de paso de alumna o alumno, de aprendiz a trabajadora o trabajador, a ciudadana o ciudadano plena o pleno.

El Deseo en el adolescente es el de fundar, más tarde o más temprano, por ejemplo, una familia del tipo que sea y una familia como tal o sus subrogados o formas sustitutivas y, al mismo tiempo, crear su propio y autónomo espacio social.

Lo antedicho no hay que tomarlo en sentido literal, ya que sabemos que no todo adulto ni toda adulta forma familia, tiene hijos, etc. Hay que tomarlo en sentido simbólico y al mismo tiempo real entendiendo que la adolescencia implica la renuncia a ser únicamente hija o hijo para pasar a otro lugar social en el que asume la plena responsabilidad por sí y por los demás, el tránsito al hacerse cargo.

Reitero con riesgo de parecer farragoso o de abrumar:

El adolescente sale

de la familia, organización al mismo tiempo endogámica y exogámica,

para pasar

a ejercer u ocupar el lugar de la plena responsabilidad, de asumirse como madre o como padre, sea literalmente como tal, sea figuradamente por medio del cumplimiento de roles que social y culturalmente implican hacerse cargo tanto de sí misma o de sí mismo como de otras y otros, de la sociedad en su conjunto y según su actividad laboral, su posición política, su propio hogar, etc.

Al mismo tiempo. debe tenerse en cuenta que a partir de la pubertad, niñas y niños experimentan un largo proceso por el cual perciben que van adquiriendo nuevos poderes, tanto física como intelectualmente. Simultáneamente el cuerpo pasa del estado infantil a una sucesión de estadios, vertiginosamente, que culminan en el de la adulta o del adulto. Articulada y sinérgicamente, lo mismo sucede con la interacción con las otras y los otros, lo social propiamente dicho, con la esfera afectiva y la inteligencia. Ese proceso completa por entero la reversibilidad según Piaget, lo cual implica el pleno reconocimiento de la diferencia entre el uno mismo y el otro y la capacidad de ponerse en el lugar de ese otro y de lo otro. 

No interactuar durante esa etapa de la vida con otras y otros en espacios comunes (educativos, laborales, políticos, gremiales, recreativos, etc.) es "cortar las alas", es vivido por el púber, por el adolescente y por el joven temprano como obligarlo a renunciar a la vida. En esa etapa la vida es la interacción cercana, presencial, con los otros. 

Eso y sólo eso es la vida en esa etapa del desarrollo.

Pasar de la familia de crianza para llegar a la fundada y de la vida infantil a la socialización en su más alto nivel de desarrollo supone una transición que combina vorágine, descubrimiento, creación, despliegue, interacción. ¡INTERACCIÓN!

La adolescencia es, básicamente, esa transición.

Hay que tener en cuenta además que las tendencias endogámicas y la Primarización obstaculizan o colisionan con la ciencia y con la profilaxis.

Los personajes en la desacertada campaña “Cuidadanía” que son presentados como irresponsables, “la gilada”, “los nabos”, “las marmotas” expresan en su versión más extrema y grosera a la Primarización y la configuración endogámica. Ahora, la protagonista o el protagonista "responsable", "el cuidadano" también expresa la tendencia endogámica ya que su lugar está determinado por oposición a los restantes personajes en vez de orientar, de hacerse cargo, de fundamentar su posición, de debatir, de instruir. Es acosada o acosado y se resigna en vez de sentar posición.

Los avisos contraponen, inadecuada, acientíficamente, conciencia y responsabilidad social con inconsciencia e irresponsabilidad de giles.

Lo que debería oponerse no son personas o personajes sino comportamientos:

  • comportamientos que responden a lo endogámico, los que se refugian en lo endogámico negando y renegando (psicoanalíticamente hablando) de que el otro por cercano que sea es otro

versus

  • comportamientos que expresan e impulsan a lo exogámico, las que permiten reconocer la existencia de un patógeno que se propaga, las que se sustentan en el respeto por la ciencia y la profilaxis, las que dejan en claro que aún entre familiares y amigas /amigos todas y todos son diferentes, son personas distinguibles.

 

La prevención para evitar la propagación del virus SARS Cov 2 obliga a exogamizar, a abandonar las tendencias exclusivamente endogámicas.

Y ése es uno de los grandes desafíos para poner freno a la pandemia.

Ese desafío se afronta con conocimiento científico, con investigación social cualitativa para conocer en profundidad los comportamientos colectivos, los sistemas de creencias, las configuraciones, las organizaciones.

Y, como ya señalé reiteradamente, con una CAMPAÑA INTEGRAL DE PREVENCIÓN en el marco de políticas de alcance general tendientes al bienestar colectivo, el mejor de los antídotos.

 

Cerrando, los adolescentes en todos los ámbitos se encuentran activamente inmersos - al igual que niños, niñas y adultos -,

en la tensión endogamia-exogamia.

Participan al mismo tiempo de la endogamia y de la exogamia.

Frenar la pandemia implica aspirar a que las tendencias exogámicas primen sobre las endogámicas en todo tipo de organización, en todos los ámbitos y en todas las situaciones, se trate de la familia o el hogar, se trate de cualquier otro tipo de organización incluyendo grupos de pares o barras.

De acuerdo a mi creación, el Método Vincular, implica esforzarse en que la Secundarización se imponga a la Primarización.

 

Rubén Rojas Breu

Enero 14 de 2021

 

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