viernes, 6 de septiembre de 2024

ANTE LA SUPUESTA INACCIÓN DEL PUEBLO ARGENTINO

 



Rubén Rojas Breu

 

ANTE LA DESAZÓN CAUSADA POR LA SUPUESTA INACCIÓN DEL PUEBLO ARGENTINO

 

Pido enfáticamente leer esta nota con el mayor detenimiento y, también, que la difundan, que se esfuercen por hacerla llegar a otras personas y a organizaciones o agrupaciones, de acá y de todo el planeta porque lo que me impulsa es:

 

1.         Contribuir a la comprensión y la acción dada la tragedia que estamos viviendo en nuestra tan venida abajo Argentina

 

2.         Valorizar a lo mejor que tenemos, el Pueblo, el cual merece todo el respeto y por el cual siempre me he jugado, pagando tanto por hacerlo sin arrepentirme jamás.

 

 

Si no se hace nada con esta publicación, si no se la esgrime ante quienes sea como herramienta de lucha, yo voy a sentir desazón por advertir que quienes me siguen o leen se desinteresan de mis aportes honestos, genuinos, así como totalmente originales y esclarecedores.

 

En momentos como los actuales mandar esta nota al baúl de los recuerdos implica mezquindad, egocentrismo o quizá envidia.

 

Tengo un deseo imposible de materializar: que esta vez no me plagien, pero no se puede evitar y ya estoy acostumbrado.

 

No van a alcanzar los iconitos de “me gusta” o “me encanta” ni, mucho menos, el petulante “me importa” y está fuera de lugar el “me enoja” porque no estoy escribiendo para ofender sino para dilucidar.

Es una nota extensa y quizá de lectura algo dificultosa, así que pónganse cómodas o cómodos para leerla.

No es admisible una lectura por encima o a medias; tampoco cabe que se la afronte con prejuicios.

 

Asumo que me juramenté hace más de seis meses no publicar más por haberme dado cuenta de que mis notas, artículos o publicaciones en general caían en saco roto.

 

Así que, desdiciéndome, publico estas líneas.

Las papas queman, las ollas están vacías, la Patria está siendo desguazada y mi Superyó me atenaza.

 

¿Por qué escribo ahora?

Porque se ha generalizado, injustificada y arbitrariamente, la idea de que el pueblo argentino está sumido en la pasividad, en la resignación o en la inacción callando o aceptando sumisamente las políticas brutales del gobierno despótico de LLA encabezado por Milei.

 

Leo y escucho todo el tiempo en distintos ámbitos reflexionar de manera tan equivocada, culpando al “pueblo”.

 

Esa creencia sobre supuesta modorra o pasividad del pueblo argentino no solamente es errónea, sino que también es injusta y corre el riesgo de sumar crueldad a la crueldad del gobierno despótico.

Además, desalienta a luchadoras y luchadores y eso le viene muy bien al enemigo.

 

El Pueblo argentino, en soledad, se está expresando, arriesgando vida, salud y libertad.

 

A diario se movilizan distintos sectores, desde jubiladas y jubilados hasta trabajadoras y trabajadores, grupos que denuncian la desesperación por el hambre de niñas y niños, estudiantes y sigue la lista.

 

Eso está muy a la vista y tira abajo esa idea de “una supuesta inacción popular”.

 

Que las cosas estén tan mal como están no se debe de ninguna manera al Pueblo argentino, el cual sigue siendo protagonista activo pese a tener tanto en contra.

 

Que las cosas estén tan mal como están se debe a la falta absoluta de CONDUCCIÓN POLÍTICA Y DE ORGANIZACIÓN POLÍTICA.

 

Ya señalé reiteradamente que la dictadura dejó como herencia las bases para la destrucción de la política, destrucción que fue luego impulsada por acción o por omisión por los sucesivos gobiernos civiles; en particular, el menemismo fue un depredador de la cultura política y de la organización políticas y la senda tenebrosa que abrió fue transitada por todos los gobiernos civiles que lo continuaron.

 

Todos esos gobiernos civiles, así como la totalidad de las dirigencias, a lo que se suman medios, encuestadores y “focus groups”, abonaron el camino que llevó a que la horda encabezada por los libertarios capturara el gobierno.

 

Ya señalé reiteradamente que hay que diferenciar masa de pueblo. A menudo, como ahora, la masa está en contra del Pueblo.

El Pueblo es siempre protagonista activo de la lucha para implantar la justicia, generar el desarrollo y alcanzar el bienestar colectivo y, si es posible, la felicidad, y también para hacer grande a la nación.

 

La masa es amorfa, sometida, fácilmente manipulable por los déspotas. Así que, la que no se moviliza, la que incurre en pasividad es la masa.

No confundir.

 

Del seno de la masa, ya desde la dictadura y, sobre todo, a partir del menemismo, fue emergiendo la horda.

 

Es la horda, la comunidad de los bestias, la que encaramó a Milei y su patota.

 

Para ser claro del todo: a Milei NO LO VOTÓ EL PUEBLO; LO VOTÓ LA MASA EMPUJADA POR LA HORDA.

Lo electoral enmascara, oculta, esa diferenciación tan determinante.

 

Toda la inacción actual es atribuible, únicamente atribuible, a las dirigencias que alardean de “nacionales y populares” o de “progresistas” o de “izquierda”.

 

No va lo que me responden muchas y muchos exclamando “no son todos iguales”.

Sí, son todas y todos iguales sea por complicidad, sea por ineficacia.

Me dicen: “los dirigentes de la izquierda, como los del FIT U están a la cabeza de las luchas populares” y yo les contesto: “pero sin una estrategia, con lo cual no conducen a ninguna parte”.

 

Rubén Rojas Breu

Buenos Aires, setiembre 6 de 2024

Quieren entretener con fueguitos artificiales, como por ejemplo hoy, viernes 6 de setiembre 2024, con el cruce entre Cristina Fernández de Kirchner y Javier Milei. Es decir, “mucho ruido y pocas nueces” como decía el bardo de Strafford-upon-Avon.

También los medios que presumen de “populares” y de opositores están en la promoción de figuras ya desgastadas o incapaces: tal dirigente social o tal gobernador o tal diputada y así contribuyen a la confusión, a la resignación.

Ya el “inefable” periodista Gustavo Sylvestre desde 2015 promocionó a Alberto Fernández hasta conseguir candidatearlo: no hace falta comentar; por supuesto, el “Gato” se hace ahora el desentendido, juega a “yo no fui”.

 

Esa inacción escandalosa de las dirigencias políticas, gremiales y sociales es estimulada por los intelectuales a la moda, por las redes virtuales, por los medios, por las encuestadoras y por los “focus groups”, todas herramientas de la manipulación grosera.

 

Encuestas de opinión pública y “focus groups” son inventos yanquis, inventos que desde que nacieron hasta hoy tienen un único propósito: manipular a las dirigencias y a las masas para mantener el orden establecido, para sostener a los despotismos.

No son instrumentos científicos, para nada. Son aberraciones del más rancio conservadorismo.

No hubiera habido revolución francesa, ni revolución  de Mayo, ni mexicana ni rusa si en esas épocas hubieran existido las encuestadoras; ni mucho menos el cruce libertador de los Andes.

 

En estas penosas circunstancias, las dirigencias de la Argentina se escudan en las encuestas, así como en un imaginario avance de la ultraderecha en el mundo para justificar dolosamente su inacción.

Su inacción y su incapacidad.

 

Siguen basándose en categorías políticas que caducaron y en análisis superficiales.

 

En conclusión:

 

NO HAY INACCIÓN DEL PUEBLO, EL CUAL ES PROTAGONISTA ACTIVO EN SOLEDAD

 

HAY SOMETIMIENTO DE LA MASA EMPUJADA POR LA HORDA

 

HAY PASIVIDAD DE LAS DIRIGENCIAS OPOSITORAS O SEUDO OPOSITORAS.

 

ES PERFECTAMENTE POSIBLE CONSTRUIR ACELERADAMENTE LA CONDUCCIÓN POLÍTICA.

 

ESTÁ FACILITADO HACERLO, JUSTAMENTE, PORQUE TENEMOS UN PUEBLO QUE ESTÁ DANDO LA LUCHA Y SEÑALANDO EL CAMINO.

 

Mi trayectoria y experiencia políticas aunadas con mi condición de científico social y mi conocimiento en profundidad de mi pueblo y de mi nación hacen que cuente yo con las claves para la construcción de esa conducción política. Habrá otras y otros que también tienen a la mano tales claves.

Es cuestión de convocar.

 

Hay compañeras y compañeros de las asambleas barriales, asambleas muy descaminadas, que me señalan candorosamente que la alternativa se construye desde abajo, que no va lo de la conducción política.

Se van a golpear contra las paredes. Me apena.

 

ASÍ QUE, A CONSTRUIR LA CONDUCCIÓN POLÍTICA. YA.

 

Como dije al principio, esta publicación no es para la catarsis de nadie, no es para tranquilizar espíritus.

Si no se hace nada para que este texto trascienda lo más posible y lo antes posible, me voy a sentir nuevamente muy defraudado y sin ninguna gana de volver a publicar.

Vean ustedes, creo que yo ya hice el gasto y, por cierto, que me expongo y que me estoy jugando; no estaría bien que lo hiciera inútilmente.

 

Fraternalmente, Rubén Rojas Breu


viernes, 2 de febrero de 2024

ENSEÑANZAS DE UN ACONTECIMIENTO HISTÓRICO SOBRE DIRECCIÓN ESTRATÉGICA

 


 

Rubén Rojas Breu

ENSEÑANZAS DE UN ACONTECIMIENTO HISTORICO  SOBRE DIRECCIÓN ESTRATÉGICA

Batalla de Queronea

 

Estimado lector:

La batalla de Queronea, acontecida en el 338 AC, es un estímulo para pensar sobre estrategia.

Podría decirse que justamente expresa la victoria de la Estrategia sobre las concepciones tacticistas.

Debo aclarar que en materia bélica soy, por completo, un lego y que el motivo de ocuparme de este acontecimiento de la antigüedad es únicamente el de referirme a la Estrategia, destinada a la sociedad, la política o el mercado, de una manera atractiva y didáctica.

De tal manera, la descripción de la batalla con la que inicio este trabajo es un pretexto, el pre texto, para exponer algunos apuntes sobre Estrategia.

 Aplico mi creación, el Método Vincular. 

 

I.          BATALLA DE QUERONEA

 

El 4 de mayo de 338 AC, el ejército macedonio encabezado por el rey Filipo II triunfa sobre la alianza de Atenas y Tebas, en las llanuras de Queronea (Beocia).

Entre otros acontecimientos significativos, se destacan dos que hacen de esta batalla una de las más importantes de la antigüedad clásica:

 

1.   Que redunda en la unificación de toda la Hélade (Grecia), importante meta táctica perseguida por Filipo II como paso imprescindible para avanzar sobre el imperio persa, su histórico enemigo.

 

 

2.   El debut en el combate de Alejandro Magno, junto con gran parte de los integrantes de su futuro estado mayor.

El joven príncipe de 18 años dirige exitosamente a la caballería de élite, denominada La Punta.

 

Por siglos, los griegos soportaban el asedio del imperio persa.

En el siglo IV AC, las grandes ciudades griegas de otrora, particularmente Atenas, habían entrado en la decadencia política y militar, mientras Macedonia crecía en poder y capacidad de liderazgo.

Filipo II, se propone pasar de la histórica posición defensiva de los griegos contra los persas, a la toma de iniciativa.

Para alcanzar tal objetivo estratégico requería contar con la unidad de todas las ciudades griegas.

Por su lado, Atenas, soliviantada por el famoso orador Demóstenes, consideraba a Filipo II un tirano dispuesto a someter a toda la Hélade.

 

En el tiempo previo a la batalla que nos ocupa, las fuerzas macedonias, pese a algunos contrastes por falta de capacidad naval, dominaron Grecia central y empujaron a sus enemigos hacia Queronea, campo de combate previsto por Filipo II.

Tebas, inicialmente aliada potencial de Macedonia, se vuelca finalmente en apoyo de Atenas por efecto de las arengas de Demóstenes, quien contaba con el apoyo político y económico de los persas.

Sobre la base de los datos con que se cuenta, describimos seguidamente la batalla de Queronea.

Luego extraeremos, de tal descripción, algunas notas en torno a la Estrategia.

 

Al amanecer ambos ejércitos se encontraban formados, listos para entrar en combate.

Si bien hay cálculos muy diferentes según distintas fuentes, podemos convenir en que cada una de las fuerzas contaba con alrededor de 30.000 / 35.000 combatientes.

También hay datos discordantes en torno a la caballería, pero se supone que los macedonios contaban con más jinetes, quizá alrededor de 4000/5000, 1800 de los cuales integraban La Punta de Alejandro.

Los atenienses disponían probablemente de la mitad de caballos.

 

Los aliados, enemigos de Macedonia, contaban con:

 

  •  fuerzas de infantería (hoplitas), históricamente muy dotadas, pero a esta altura en proceso de declinación,

 

  •  el aguerrido e invicto Batallón Sagrado de Tebas, una pétrea formación de 300 hombres (número típico preferido por los griegos para las fuerzas de élite, sumamente entrenadas y experimentadas).

Dato de interés, los 300 integrantes del Batallón sagrado eran parejas; es decir, eran homosexuales. Se supone que el fuerte vínculo amatorio sostenía su arrojo ya que cada soldado, al mismo tiempo que cumplir con su misión como tal, se empeñaba en proteger a su compañero.

Tengamos en cuenta que en la antigüedad griega la homosexualidad era vivida con total naturalidad, al punto que no existía la palabra que la nombrase. 

 

Los macedonios disponían de:

 

  •  fuerzas de infantería altamente experimentadas y sumamente organizadas, destacándose las de élite y las famosas falanges,

 

  •  caballería también muy dotada, en particular La Punta,

 

  •  armas de avanzada, construidas por los propios macedonios, que habían modificado en gran medida el tenor de la guerra.

 

 

Las principales diferencias entre ambos ejércitos estaban dadas por:

La organización, el entrenamiento y la disciplina de los macedonios

versus

la débil cohesión y cierta obsolescencia de los atenienses.

 

La gran capacidad del estado mayor macedonio conformado principalmente por Filipo, Parmenio, Clito el Negro y Alejandro

Versus

La falta de articulación y la menor idoneidad del comando aliado, en el cual destacaba el tebano Nausicles, secundado por un muy cuestionada Teágenes y acompañado por los atenienses Estratocles, Foción, Lisycles, el nada confiable Cares y Proxeno.

 

Ya hemos señalado como diferencia fundante que Filipo tenía un claro objetivo estratégico, mientras sus contrincantes se limitaban a una meta táctica.

Macedonia buscaba abrirse camino para avanzar sobre Persia, mientras que los atenienses y sus aliados se ceñían a alcanzar la victoria sobre Filipo II.

 

El comando macedonio, antes de empezar la batalla, se ubica en un promontorio aledaño a la acrópolis de Queronea que le permite una vista general del campo; sus oponentes lo hacen en la llanura.

Este aspecto es importante, como veremos, en tanto indica o simboliza que el estratega se asegura siempre una visión de conjunto y con la mejor perspectiva posible.

Los macedonios, desde el terreno próximo a la acrópolis, ubican la caballería y parte de las falanges a cargo de Filipo, las falanges comandadas por Parmenión y La Punta liderada por Alejandro.

Los aliados se ubican a los pies de las colinas, con las montañas por detrás, protegiéndose por la derecha con el río Céfiso, instalándose desde aquí el Batallón Sagrado tebano, siguiendo la infantería tebana, la ateniense (hoplitas) y la caballería, en el otro extremo.

Es una ubicación consistente con una posición defensiva.

 

Pasamos a describir las posiciones iniciales de ambos ejércitos:

 

Sobre la parte más alta del campo de batalla, la acrópolis, se ubican las fuerzas macedonias.

 

A la derecha y parte del centro, las falanges y caballería comandada por Filipo

En el resto del centro, la infantería de Parmenio

A la izquierda la caballería encabezada por Alejandro, La Punta.

 

Los atenienses y sus aliados se dispusieron así:

A la izquierda, enfrentando a las tropas de Filipo, la caballería

En parte del centro, los hoplitas o infantes

En el resto del centro, la infantería tebana

En el lateral derecho, el Batallón Sagrado tebano, enfrentando a La Punta de Alejandro.

 

 

Resumen del combate:

Conocedores en profundidad Filipo y su estado mayor acerca del comportamiento en combate de sus enemigos, el rey macedonio decide implementar un truco que ya había experimentado con éxito.

El truco consiste en iniciar un ataque frontal contra la infantería enemiga y, luego de una escaramuza, fingir una retirada, buscando arrastrar consigo a las fuerzas oponentes. El uso de este recurso tiene como ventaja que el contendiente abre sus filas, generando una brecha por la cual ingresar con otras tropas (este recurso pasó a integrar el conocimiento militar, siendo a posteriori utilizado por otros grandes estrategas, como Napoleón en Austerlitz).

Es así que Filipo ataca al frente de sus huestes, y luego de combatir brevemente contra los hoplitas, se repliega fingiendo la retirada. El enemigo envalentonado con Estrátocles a la cabeza y enardecido por los gritos de Demóstenes persigue a los macedonios imaginando una rápida victoria. 

Al abrir los atenienses sus filas, Parmenio se vale de la brecha para atacar por delante y por detrás al resto de la infantería aliada, que busca suturar ese espacio; se genera una suerte de efecto dominó, por el cual las fuerzas tebanas van desplazándose para cerrar dicha brecha, lo cual a su vez favorece que, por su lado, retome Filipo la ofensiva y por el otro lado, el avance de La Punta y así, Alejandro, con su caballería rodea por todos los costados al Batallón Sagrado Tebano, que sufre su primera derrota al punto de ser prácticamente diezmado. Finalmente, la infantería aliada se repliega acatando la victoria macedonia.

 

Secuencias de la batalla:

Seguidamente, las secuencias de la batalla según lo que acabamos de exponer.

 

1. La caballería y falanges bajo el mando de Filipo atacan a la caballería de los aliados y sus hoplitas o infantería,

2. Dicha acción abre una brecha en las filas del enemigo, aislando a los tebanos.

3.  Parmenio avanza sobre la infantería tebana.

4. La Punta, caballería, liderada por Alejandro se abalanza sobre el temible Batallón Sagrado de Tebas.

5. Retirada, espantada y rendición de las fuerzas aliadas.

 

Con esta victoria, entonces, Macedonia logra la rendición de todas las ciudades griegas y promueve la unificación de la Hélade.

Filipo II busca seducir a los vencidos para incorporarlos a sus futuras fuerzas e, incluso, les rinde homenaje por su valentía, por lo cual ordena erigir la estatua del León de Queronea.

El asesinato de Filipo II, a causa de una conspiración de parte de la corte macedonia (se supone que la autora intelectual fue Olimpia, primera esposa del rey y madre de Alejandro) trunca su deseo de avanzar sobre el imperio persa con la Hélade ya unificada.

Como es sabido, tal proyecto lo cumplimentará con creces Alejandro Magno, instaurando lo que se conoce como “período helenístico”.

En el siguiente capítulo veremos algunas enseñanzas sobre estrategia que se desprenden del relato de esta batalla.

 

 

II. Aportes para la Dirección Estratégica

 

 

Macedonia contaba con un Objetivo Estratégico.

Este Objetivo suponía trascender las limitaciones de la disputa doméstica para alcanzar metas ambiciosas en torno a gran parte del mundo conocido por los helenos.

Nótese la similitud con la campaña sanmartiniana. También San Martín tiene un Objetivo Estratégico al buscar la libertad e independencia de todos los pueblos de Sudamérica, diferenciándose así de gran parte de los gobernantes de Buenos Aires, preocupados por lo doméstico. La colosal epopeya del cruce de los Andes guarda así cierta semejanza con la batalla de Queronea.

En cambio, los atenienses y sus aliados, se circunscriben a una meta táctica, de alcance comparativamente doméstico.

Ahora bien, como ya señalamos en un documento reciente, El espejo o la Estrategia, quien carece de estrategia o quien se aferra a metas tácticas es instrumento de la estrategia de otro.

Se ve en la descripción del contexto de la batalla cómo los atenienses y sus aliados, a través de Demóstenes, terminan siendo una herramienta del imperio persa.

También podemos destacar que el comportamiento de los macedonios conducidos por Filipo guarda notable correspondencia con lo que piensan y hacen estadistas y estrategas de todos los tiempos; merece destacarse a Maquiavelo, particularmente según lo que hemos desarrollado en el texto La dirección estratégica según Maquiavelo.

 

 

Vale también observar que, en tanto munidos los macedonios de un Objetivo Estratégico, antes de encarar esta batalla, habían agotado todas las posibilidades que brinda la Política, dando asidero a la formulación de von Clausewitz de más de dos mil años después: “la guerra es la continuación de la política por otros medios”.

De tal manera, en el 338 AC en Queronea el trasfondo está dado por el enfrentamiento entre el Objetivo Estratégico y una meta táctica. Dando otra vuelta a la tuerca, podemos afirmar que se trata de una contienda entre el espejo y la estrategia.

Los atenienses y sus aliados ven en Filipo solamente un obstáculo para reencontrarse con la imagen idealizada de sí mismos, a la manera de la imagen que en su espejo mágico desvelaba a la madrastra de Blancanieves; particularmente Atenas parece lamentarse por su pasado glorioso perdido y desconoce la capacidad macedonia para la iniciativa y la aglutinación de toda Grecia con fines trascendentes.

Los macedonios redefinen el campo político no sólo de la Hélade, no sólo el doméstico, sino también el internacional planteándose objetivamente la proyección de los griegos.

Esto implica el conocimiento a fondo de las capacidades de sí mismo y de los otros, la preparación para acometer los desafíos con criterio de realidad, la profesionalización y, por supuesto, metas que trascienden los límites endogámicos.

Seguidamente resumimos lo expuesto hasta acá:

 

Macedonios                 Atenas y aliados

 

   Objetivo estratégico              Meta táctica

 

Estrategia                         Espejo

 

De acuerdo al Método Vincular,

mientras los atenienses y sus aliados

se conducían de acuerdo al Posicionamiento Doméstico,

los macedonios adoptaron el Posicionamiento Constructivo.

Por su parte, el imperio persa ocupaba el Posicionamiento Dominancial

 

 

O sea, los atenienses y los persas tendían a la Primarización,

mientras Macedonia expresa la Secundarización (1). 

 

 

Vale destacar el nivel de profesionalización y organización de las tropas macedonias, lo cual es también consistente con el Posicionamiento Constructivo.

Coherentemente, el estado mayor macedonio conocía a fondo cómo se desempeñaba en el campo de batalla el adversario, conocimiento que también aporta a la estrategia y, como señalamos insistentemente, implica superar la fascinación del espejo (nótese lo ya señalado acerca de la similitud con lo que expresará Maquiavelo en el texto citado).

Contándose con un Objetivo Estratégico, y con la profesionalización y el conocimiento, un paso siguiente es la definición del campo de batalla – o del territorio o del escenario -.

Los macedonios se aseguraron tal definición al impulsar a los aliados a un enfrentamiento en Queronea. Y en un sentido más amplio y trascendente, al plantear que el escenario significativo era el mundo conocido.

Trasladando este principio a los campos de nuestra especialidad, modos de definir el territorio en el cual llevar a cabo la acción son:

 

en el campo social y político, el establecimiento de su agenda, la formulación de políticas novedosas y, sobre todo, un proyecto de gran alcance,

 

en el campo comercial, el desarrollo de un nuevo mercado o el impulso a que la marca propia se diferencie llamando la atención sobre aspectos no contemplados hasta el momento.

 

Es muy común que en la acción se desconozca este principio; puede verse con cuánta frecuencia un gobierno o una dirigencia política se atiene a las encuestas, o una oposición se limita a convalidar la agenda oficialista o una marca sigue los pasos de la líder o las expectativas únicamente manifiestas de los consumidores.

Enfocándonos ahora en el desarrollo de la batalla, lo primero a destacar es que Filipo y su estado mayor inicialmente, antes de chocar armas, se ubican en una altura, lo cual simboliza una suerte de regla de oro para el estratega: asegurarse la visión de conjunto.

 

De hecho, el estratega se desdobla, adopta una disociación instrumental entre dos roles que a la vez articula: el de conductor del todo y el de líder de la parte.

La capacidad para conjugar el todo y la parte es, entonces, un requisito insoslayable de la estrategia.

 

Contrariamente, los atenienses, tebanos y sus aliados, se circunscriben a ser parte: sólo parecen ver (paradójicamente, enceguecidos) al enemigo odiado; es decir, no ven el campo de batalla en el contexto sociopolítico más abarcativo y, por lo tanto, tampoco ven a uno y otro contrincante simultáneamente en acción con las posibles derivaciones.

 

 

Haciendo una comparación con otro ámbito, el estratega mira el partido de tenis, o participa de él, desde la red, evitando restringirse a uno de los contendientes.

 

El conocimiento a fondo de sí mismo y, a la vez, el del competidor, es ubicarse simultáneamente en el propio punto de vista y en el punto de vista del opuesto, lo cual nos remite a lo que el epistemólogo suizo Piaget denominara la reversibilidad.

 

La reversibilidad así como la capacidad para desdoblarse en el dominio de la parte y del todo, favorece la creatividad, la ampliación de la perspectiva, el incremento de las opciones.

O sea, es comportarse de un modo muy distinto al de los preceptos de manual, el de las recetas.

Justamente tal actitud es la que le permite a Filipo poner en juego la estratagema que hemos descrito en el relato de la batalla: fingir una retirada, luego de una escaramuza inicial.

El éxito de este truco tanto se debe al ingenio macedonio que aprovecha el conocimiento que tiene de su rival como a la creencia especular (la creencia tipo espejo) de los atenienses que se imaginan a sí mismos con más capacidad de combate de la que disponen.

Asimismo, la jugada macedonia induce a los atenienses a incurrir nuevamente en la trampa de seguir al conductor, Filipo, en vez de contar con su propia estrategia y generar, sobre tal base, sus tácticas de combate.

La batalla de Queronea pone en claro cómo los atenienses y sus aliados, pese a sus propósitos manifiestos, seguían al conductor, el jefe enemigo: actitud reactiva en política, convalidación de hecho del escenario de la pelea y caída en la trampa por una hábil estratagema.

  

De acuerdo a lo que hemos visto en la narración de la batalla, el efecto de la celada de Filipo genera una brecha entre los aliados, brecha que van a aprovechar Parmenio con sus falanges y Alejandro con La Punta.

Queda en claro cómo el estratega, a la manera de un eximio ajedrecista, prevé todos los movimientos propios y del adversario.

Con mucha frecuencia puede observarse en los campos social, político y comercial cómo se dan tres inconsecuencias funestas para quienes pretenden alcanzar posiciones de liderazgo sobre bases inciertas:

 

1.  la de sobreestimarse a la par que se subestima al competidor,

 

2.  la del desconocimiento de sí mismo y del otro, lo cual se da por la falta de análisis en profundidad; ya nos referimos en nuestro trabajo anterior, El espejo o la estrategia, al valor de la investigación cualitativa apoyada en teorías de alta complejidad,

3.  la de generar inadvertidamente flancos débiles por dejarse llevar por acciones que suponen un éxito inmediato.

 

Aun cuando de alguna manera ya está dicho, vale advertir sobre el desafortunado papel que juega el voluntarismo: es decir, la idea de que se puede alcanzar un logro sobre la base de la voluntad afirmada a su vez en datos que se limitan a la conciencia, sin hurgar en el inconsciente o en lo inconsciente.

El voluntarismo es la creencia en que es realizable lo que uno se propone ejerciendo la voluntad sin tomar en cuenta el papel dinámico, eficaz y determinante de los procesos no concientes y no tangibles.

Los procesos no concientes o no tangibles no son inexorables: requieren ser conocidos, requieren ser estudiados para modificar el curso de las cosas en la dirección deseada.

Las diatribas de Demóstenes y las incitaciones desaforadas de los generales atenienses en plena batalla expresan el voluntarismo.

Deducimos así que la concepción estratégica supone evitar la tentación voluntarista; dicho de otro modo, la estrategia supera a la mera voluntad.

 

Según el Método Vincular, estrategia es el trazado que una Conducción se propone para el logro de Objetivos.

La Estrategia implica la integración del rumbo, la dirección, el conocimiento y la creatividad. 

 

 

Fuentes bibliográficas

Haefs, Gisbert: Alejandro Magno, Aguilar, Altea, Taurus, Alfaguara, 2006

Manfredi, Valerio: Alexándros, Grijalbo, 1996

Mintzberg, Henry y Quinn, James: El proceso estratégico, Prentice Hall

Montanelli, Indro: Historia de los griegos, Planeta

Rojas Breu, Rubén: Método Vincular. El Valor de la Estrategia, Ed. Cooperativas, Bs. As., 2002

Rojas Breu, Rubén: La diracción estratégica según Maquiavelo, rubenrojasbreu@blogspot.com

Rojas Breu, Rubén: El espejo o la estrategia. Análisis de las campañas electorales octubre 2011 seguido de propuesta.

Satrapa1: La batalla de Queronea, www.satrapa1.com

 

 

Rubén Rojas Breu

Buenos Aires, febrero 2 de 2024